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El Real Madrid se recompone en Estambul con su mejor versión

Sergio Llull en acción ante Scottie Wilbekin. | TOLGA BOZOGLU

| Estambul |

Darussafaka 81-88 Real Madrid

Darussafaka (17+16+25+23): Wilbekin (18), Wanamaker (17), Clyburn (7), Zizic (20) y Harangody (3) -equipo inicial-, Yagmur (-), Batuk (-), Moerman (11), Bertans (3), Anderson (2) y Slaughter (-).

Real Madrid (26+20+24+18): Llull (12), Doncic (13), Taylor (2) Randolph (12) y Ayón (18) -cinco titular- , Rudy (3), Carroll (21), Hunter (2), Draper (3) y Reyes (2)

Árbitros: Sasa Pukl (SLO), Milivoje Jovcic (SRB) y Olegs Latisevs (LET). Sin eliminados.

Incidencias: Tercer partido de las eliminatorias de cuartos de final de la Euroliga disputado en el Volkswagen Arena ante 4.943 espectadores.

El Real Madrid se recompuso este miércoles en Estambul y recuperó el factor cancha tras ofrecer su mejor versión en el tercer partido de la serie de cuartos ante el Darussafaka, lo que le deja a un solo triunfo de la Final Four de la máxima competición continental (81-88).

Cuando más lo necesitaba después del traspiés en casa que le puso contra las cuerdas, el equipo español fue capaz de enmendar su error en una gran actuación coral en la que sobresalieron Gustavo Ayón, Luka Doncic y Jaycee Carroll.

Los hombres de Pablo Laso llegaron a mandar hasta por 18 puntos y, aunque un bache en su juego en el último cuarto hizo peligrar su triunfo, supieron imponerse en la capital turca, en la que habían perdido en seis de sus últimas siete visitas.

La igualdad sobre el parqué del Volkswagen Arena duró poco más de cuatro minutos. En el ecuador del cuarto inicial, con 9-9 en el marcador, el Real Madrid decidió acabar con el intercambio de golpes e imprimir un par de marchas más a su juego, lo que desarboló al conjunto local a las primeras de cambio.

En unos minutos espléndidos, los blancos encadenaron una serie de aciertos en ataque que completaron con el sellado de su zona, lo que le permitió endosar a los turcos un parcial de 16-2 que le puso en un abrir y cerrar de ojos catorce arriba (11-25, min. 7.40).

Si Luka Doncic y Anthony Randolph lideraron con ocho puntos cada uno la producción ofensiva en los primeros diez minutos, el segundo acto tuvo a Jaycee Carroll como protagonista ofensivo, con once puntos y tres triples sin fallo que mantuvieron a su equipo con rentas superiores a los diez puntos hasta el descanso (33-46).

Al Real Madrid le salía todo en una primera parte para enmarcar. Cada jugador que saltaba a la pista aportaba y los relevos mantuvieron el ritmo anotador y el dominio en el rebote (19 al descanso, siete de ellos ofensivos).

Además, los hombres de Pablo Laso, que solo encajaron 36 puntos en la primera mitad, supieron frenar a los mejores hombres del Darussafaka, especialmente al peligroso Brad Wanamaker, el mejor hombre en los dos primeros partidos y que solo pudo anotar dos canastas en los primeros veinte minutos.

La maquinaria blanca siguió perfectamente engrasada tras el paso por vestuarios. Gustavo Ayón lideró las primeras acciones ofensivas blancas y Anthony Randolph, con un triple, elevó a 18 la máxima ventaja de la noche (37-55 min 25).

Un tiempo muerto de David Blatt puso orden en sus jugadores, que se metieron en el partido gracias a un parcial de 8-0 que, un minuto y medio después, dejó en diez la diferencia. Carroll regresó a la pista para sumar otros dos triples sin fallo y volver a poner las cosas en su sitio.

Los diez puntos de un Ayón colosal y los ocho de un Carroll que fue el de las grandes ocasiones permitieron cerrar el tercer cuarto con un prometedor 58-70.

Sin embargo, lo peor estaba por llegar para los visitantes ya que en la reanudación el Darussafaka apretó atrás y selló su zona, empezando una remontada que les llegó a poner a tres puntos a cuatro minutos y medio del final (74-77).

Fue el momento de hombres como Wilbekin, Wanamaker y Zizic, hasta entonces desaparecidos, que despertaron a tiempo e hicieron soñar a sus aficionados con la victoria.

Las alarmas se encendieron en un Real Madrid que veía como se le podía escapar un partido que tuvo en sus manos desde el inicio y que no encontraba un referente ofensivo en los momentos más calientes.

Jaycee Carroll, hasta entonces infalible con cinco triples sin fallo, erró tres consecutivos, aunque Ayón siguió aportando y el equipo blanco supo frenar las acometidas finales y templar los nervios para sellar un valioso triunfo que le sitúa a un solo paso de la Final Four de Estambul.

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