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De Manix a Manny

El entrenador vasco fue el artífice de la última salvación ‘in extremis' y el lateral de la SD Logroñés ha resultado clave en la salvación del Atlético Baleares

El lateral derecho del Atlético Baleares Laure lanza la camiseta a los aficionados blanquiazules se han desplazado a Las Gaunas, donde el triunfo ante el Logroñés ha permitido a los balearicos lograr la permanencia en Primera Federación en la última jornada del campeonato. | Fernando Díaz

| Logroño |

Manny, el lateral izquierdo de la SD Logroñés, se convirtió este sábado en el protagonista involuntario de la salvación del Atlético Baleares en Las Gaunas. El jugador dominicano protagonizó la desgraciada jugada para sus intereses en las postrimerías de la primera parte tras unas fallida cesión a su portero, que propició el gol de Pastrana. Y por similitudes semánticas, a uno le vino a la cabeza un nombre parecido, el de Manix Mandiola, el entrenador guipuzcoano artífice de la última salvación sobre la bocina del equipo blanquiazul.

Manny había sido el primer jugador que en el partido había creado peligro y una jugada por la banda izqueirda supuso la primera tarjeta del encuentro para el capitán Olaortua. Sin embargo, su desafortunada acción eclipsó todo lo que ya pudiera hacer en el encuentro hasta que fue sustituido. Así es el fútbol. El equipo ha vivido un agónico fin de semana con el miedo por una parte a no poder ganar en Logroño y por otra con la ansiedad de que llegara el encuentro y demostrar que su sitio está, como mínimo, en la Primera RFEF.

Durante los días previos al encuentro, los pesos pesados de la plantilla como Dioni, Pastrana, que al final se convirtió en el héroe tras un poco brillante final de temporada, Xisco Jiménez o Petcoff, quien a saber qué pensaría si el equipo no hubiera podido mantenerse en la categoría en parte por su desafortunada acción que le costó hace dos jornadas perderse el tramo decisivo de la liga, insuflaron de ánimo al resto de compañeros.

El gran ausente este sábado en Las Gaunas fue el presidente y dueño del club, Ingo Volkmann, quien hace un mes, cuando el equipo había cosechado tres victorias consecutivas y tenía la salvación a mano, preparó un viaje de trabajo a Estados Unidos que no pudo anular a pesar de la importancia vital del encuentro. El club estuvo representado por el director deportivo, Patrick Messow, y el exentrenador Jordi Roger. Este último dejó por unos minutos la fiesta del césped y se sentó en su añorado banquillo recordando «el año tan difícil que hemos sufrido. Si hemos cambiado tres veces de entrenador (a David Sierra lo consideró un entrenador-puente), es que no hemos hecho bien las cosas».

Messow y Jordi Roger estuvieron en el césped durante el calentamiento del equipo, siguieron el encuentro junto a los jugadores no convocados en la grada a pocos metros del banquillo, y en el descanso no pudieron aguantar y también saltaron al campo y se metieron por el túnel de vestuarios para regresar en la segunda parte a sus localidades. Messow, que media hora después del partido no había recibido respuesta a un mensaje de voz a Volkmann, explicó que lo había pasado «fatal. En la primera parte con la ocasión que han tenido de cabeza me he visto en 2ª RFEF. El gol del final del primer tiempo ha sido clave y luego creo que en la segunda parte hemos estado mejor, aunque con el 1-2 reconozco que me he cagado (sic)». Messow aún no sabía si iba a pasar la noche en Logroño o Bilbao. «Este sábado es momento de celebración. El lunes ya pensaremos en todo lo que tenemos que hacer de cara a la próxima temporada para mejorar las cosas».

Si antes se hablaba de la salvación de Manix Mandiola, lo justo sería también decir que ésta ha sido la salvación de Tato, con la desventaja para el técnico palmesano que era la primera vez que se encontraba en esta tesitura, mientras que el vasco ya las había vivido por aquel entonces de todos los colores. Nada más acabar el encuentro, el entrenador corrió como un poseído hacia la zona donde se encontraba la treintena de aficionados balearicos que habían hecho el esfuerzo en venir hasta Logroño, lo cual no les ha sido ni fácil ni barato. Entre el grupo estaba la mujer y los hijos del entrenador. «Ha sido una locura. Ellos saben lo que he sufrido y mi primera reacción ha sido para ellos». El técnico explicó que había planteado el encuentro con la intención de salir al ataque. «Hemos ido con todo para ponernos por delante en el marcador y luego buscábamos el partido a la contra como así ha sido». Para este trascendental encuentro, Tato recibió de su mujer varias figuras de santos, entre ellos el Crist de la Sang. «Todo ha ayudado en momentos como éste», explicaba emocionado aún en el césped mientras dejaba entrever que estaría encantado que proseguir su aventura en el equipo «aunque eso no depende de mí».

La fiesta no fue exclusiva del ATB, porque el equipo rival también tuvo su momento de moción del partido con la despedida del ilustre César Caneda, el hombre que más partidos de fútbol ha disputado como progfesional y que ayer ser retiró del fútbol a sus 45 años. Ahí es nada. El pasillo que le hicieron ambos equipos fue más que merecido y el colofón perfecto a una noche inolvidable donde el blanquiazul (ayer amarillo) se impuso al rojiblanco. El año que viene habrá más.

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