La liga reclama al Atlético Baleares para que se tome el pulso y la temperatura. Una semana después de hincar la rodilla en el campo del Villarreal B, otro filial, en este caso el del Espanyol, va a comprobar el estado de salud de un equipo que quiere romper de una vez su techo en el campeonato para poder empezar a posicionarse (Son Malferit, 12.00 horas).
El ATB quiere seguir aplicando su ley como local. Las particularidades de su terreno de juego se han convertido en un arma fiable para el cuadro blanquiazul, que ha cimentado su crecimiento sobre la hierba sintética de sus instalaciones. A excepcion del Sabadell, que aprovechó dos apagones para llevárselo todo a su paso, nadie ha pescado en la parcela blanquiazul. Conquense, Olot y Ontinyent han sido las últimas víctimas.
Cifras aparte, también es Son Malferit el mejor escaparate en el que se ha expuesto el conjunto de Mandiola. Allí ha firmado sus mejores ratos de fútbol y allí ha notado el calor de una afición que este domingo volverá a empujarle hacia la que podría ser su cuarta victoria consecutiva como local.
Mandiola podría reeditar su plan más característico en casa para recibir al filial perico después de que sus últimos cambios no tuvieran el efecto deseado. Eso pasa por reintroducir a Nuha en ataque al costado de Marcos Jimenez de la Espada, por reordenar la zona ancha situando a Fullana junto a Rovirola o por devolver a Kike López al lateral en detrimento de Expósito, que volvió a sufrir mucho en defensa en el partido de Villarreal.
El técnico eibarrés dispone de todos los ingredientes para volver a cocinar la receta, ya que tiene a casi toda la plantilla disponible y solo dos dudas. La primera de Adri Hernández, que en las últimas horas ha tenido que viajar a Canarias por la pérdida de un familiar y que este sábado aún estaba pendiente de las combinaciones aéreas que le trajeran de vuelta a tiempo a Mallorca. El otro interrogante está sobre la cabeza de Pedro Ortiz, con un resfriado.
Calidad y talento
El Espanyol B es uno de los cuadros más potentes que van a pasar por Son Malferit en esta primera mitad del curso. Pese a ser un recién ascendido cuenta con una plantilla cargada de talento de la que ya se está aprovechando el primer equipo. Como en el caso de Álex López, Pedrosa y Lluís, que el pasado jueves se pusieron a las órdenes de Rubi en el partido de Copa del Rey frente al Cádiz. Cuenta además con dos mallorquines y exmallorquinistas entre su tropa: Damià Sabater y Ángel Sánchez.
El segundo equipo espanyolista es cuarto, a un único punto de distancia del ATB, y se ha marcado el desafío de ir echando raíces entre esas posiciones que abren las puertas de la promoción de ascenso. Son la escuadra con más pólvora del grupo III —solo el Villarreal B le supera en número de goles—, aunque también una de las que más concede en defensa: doce dianas en contra, más de una por partido. Además, fuera de casa no funciona a un ritmo tan alto. Solo ha ganado en uno de los cinco desplazamientos (al Badalona, en la primera jornada) y ha limitado su botín a dos empates en los cuatro compromisos posteriores. Este domingo pierde a Pol Lozano por sanción.