Fernando Crespí Luque (Palma, 1973) es el expresidente del Atlètic Baleares, cargo que ocupó desde 2007 hasta que se confirmó su salida en la temporada 2013/2014. Durante su mandato logró dos ascensos a Segunda B, un título en la categoría de bronce, dos títulos de campeón de Tercera, disputar el playoff a Segunda A y un ascenso a División de Honor. Crespí repasa la actualidad del club y anima a la afición a apoyar el domingo al equipo.
— ¿Cómo valora las posibilidades de salvación del Atlètic Baleares?
— Dependemos de nosotros mismos y eso es lo que se puede controlar. El Ebro no lo pondrá fácil, será un partido muy difícil y el equipo tiene que estar arropado al máximo. Seguro que los jugadores lo darán todo y les será más fácil si todos los aficionados vamos a muerte con ellos. La final ante el Ebro la jugamos todos.
— ¿Cuál es su opinión respecto a los motivos que han llevado al ATB a jugarse la permanencia en la última jornada?
— Tiene difícil explicación. Seguro que Ingo Volckmann ha dato todos los pasos que él creía oportunos para hacer el bien al club y al equipo, pero en el fútbol hay un factor muy importante que es la experiencia. Él tiene la experiencia de haber vivido buenos momentos, pero no de sufrir malos momentos como estos. Quiero decir que una cosa es movilizar tus acciones para ir hacia arriba y otras tratar de buscar soluciones a situaciones de crisis, a situaciones límite. A eso me refiero.
— Se han criticado mucho los errores de planificación.
— Más que errores ha faltado un buen manejo en algún tipo de situaciones, por ejemplo, si un jugador se quiere ir y es un activo de tu club, no puedes dejarle marchar así como así porque debilitas tu plantilla. Esto te lo da la experiencia y seguro que ahora la propiedad no volverá a caer en este tipo de situaciones. Ingo reconoce sus errores y esta experiencia de ahora le servirá a él para el futuro y también servirá al club. A mí me pasó, yo también cometí errores similares y lo que tienes que hacer es que tu último maestro sea tu último error y aprender de él.
— ¿Qué le dice a Ingo Volckmann en sus conversaciones?
— No puedo desvelar nuestros diálogos, pero sí le puedo asegurar que quiere aprender, que quiere al club y que todo lo que hace lo lleva a cabo porque él cree que es beneficioso para el Atlètic Baleares. Le daré un ejemplo, en un tema que no es un secreto. Yo le digo que el vestuario es un santuario para jugadores y técnicos y se peca mucho de entrar en él y ahí no pueden entrar ni presidentes, ni directivos, ni el director deportivo. Él tiene que reunirse en algún momento con los capitanes y el entrenador, pero ya está. Y le diré más, desde hace seis semanas apenas aparece y apenas se inmiscuye y esto ayuda porque da seriedad y la presencia del presidente sale reforzada. No hay que ir ni al vestuario ni entrar en el campo de entrenamiento y el directo deportivo tiene que hacer lo mismo y reforzar la imagen del presidente.
— ¿Se ha fallado demasiado en decisiones estratégicas como fichajes y entrenadores?
— Al principio el equipo jugaba muy bien los primeros partidos, pero cuando la motivación inicial pasó, el equipo bajó de nivel porque se contrataron jugadores cuyo perfil o nivel no era el esperado para el Atlètic ni para su objetivo. Tampoco se acertó con el entrenador en verano porque con el paso de las semanas no pudo prolongar la confianza en el seno del grupo y a los jugadores no les engañas, se le escapó el equipo, no lo dominó y todo lo que se hizo después fue tratar de resolver problemas.
— ¿Qué significaría perder la categoría y regresar a Tercera?
— Descender sería terrible porque el trabajo de muchos años se perdería y se nos presenta un escenario muy complicado desde el punto de vista anímico, social y deportivo. No tengo dudas de que Ingo continuará en el Atlètic más allá de la categoría, pero un descenso siempre es un trauma y hay que confiar en que esto no suceda.
— Como expresidente ¿qué mensaje enviaría?
— El domingo hay que ganar y los jugadores tienen que ser conscientes de lo que significa para el club perder la categoría. Su futuro también depende de ese partido. La afición tiene que apoyar al máximo durante los 90 minutos.
— ¿El futuro pasa por ganar?
— Para mí el partido del domingo es clave y me explico: ante el Ebro es un punto de inflexión porque tenemos que valorar que la próxima temporada habrá un estadio nuevo, una infraestructura mucho mejor que ahora y el club puede tomar una envergadura mayor. Todo pasa por seguir en Segunda B y todo unido ayuda mucho a firmar a nuevos jugadores y la afición se encontrará más cómoda. Volver al estadio es un cambio radical y estos inputs positivos se multiplicarán si se mantiene la categoría.
— Usted decidió abandonar el club en 2014 ¿Le motivaría regresar junto a Ingo?
— Estuve seis años en el Atlètic y le dediqué muchos esfuerzos personales y económicos. Se juntó el cierre del estadio después de haber hecho un buen trabajo en lo deportivo, social y en mejorar las instalaciones. Además, nos denegaron la construcción de la ciudad deportiva a la que dedicamos más de tres años entre proyectos y papeleo. Explico esto porque todo unido significó para mí un golpe moral terrible. Todo por lo que había luchado se vino abajo y perdí la ilusión y sin ilusión no puedes estar al frente de un club. Pero siempre estoy a disposición del Atlètic y si el club me necesita e Ingo me necesita y cree que puedo aportar cosas, mi puerta siempre está abierta y me implicaré al máximo porque no entro en ningún lado a medias.
— En caso de poder volver a colaborar con el ATB ¿dónde se ve?
— Me apasiona el tema social y también la imagen que desprenda el club, para mí estos dos factores, unidos como es evidente al deportivo, marcan los pilares de una institución deportiva. Los seis años que estuve en el club me volqué mucho en todas las áreas.
— ¿En esta administración no se ha trabajado como se debía en el capítulo social?
— Este aspecto es muy importante y no quiero decir que se haya descuidado, pero de lo que se trata es que no se deje arrinconado. Hay que trabajar en Palma y la Part Forana porque también tenemos seguidores fuera de Ciutat. También recuperaría a un sector de colaboradores que en su día trabajaban desinteresadamente por el club, gente del perfil tan balearico como McGyver, Jeroni, Pepe Gómez... toda esta gente es muy importante porque construyó la familia del Atlètic y dan cariño real al club y al futbolista.
— ¿Debe continuar Manix al frente del equipo en caso de conseguir la salvación?
— Está demostrando que es un buen entrenador. Para hacer un proyecto nuevo se ha de conocer si puede traer seis o siete jugadores buenos de los suyos y a eso hay que unir lo que pueda traer el club. Si usted me lo pregunta a mí, yo soy de la opinión de que si se logra el objetivo hay que darle la oportunidad de que exponga sus ideas y decidir si continúa o no. Por ética se le tiene que renovar. Pero yo también me he equivocado en temas de entrenadores.
— El pasado domingo acudió al campo junto a Tolo Cursach ¿Como vivió el partido el que fue máximo accionista?
— Fue muy emocionante porque la gente le aprecia. Muchísimos aficionados vinieron a saludarle, a animarle y él disfrutó. Prácticamente el primer lugar que visitó fue Son Malferit y todos los que ahí estuvimos lo vivimos diferente. Todo el año hemos estado tristes y el domingo lo vivimos con alegría, no tanto por el triunfo, que también, sino porque Tolo estaba ahí.