Un año más, el Atlètic Balears empieza a coger carrerilla para intentar dar el gran salto. Y lo hace prácticamente sin haberse detenido y con algo de inercia del ejercicio anterior, en el que se quedó a unos pocos metros de la verja de acceso a la Segunda División.
Con parte de esa misma estructura, unos cimientos reforzados y casi una decena de caras nuevas, el cuadro blanquiazul ha enfocado esta vez su mayor apuesta hacia el banquillo, ahora bajo la titularidad de Armando de la Morena, todo un especialista en categorías inferiores y, a su vez, un novato en las galerías del fútbol profesional.
Entre la bruma de esas dudas que genera la pizarra del técnico madrileño y la ilusión por recoger el hilo de la temporada anterior, el proyecto levanta el vuelo. En casa, con el Villarreal B como auditor y el viejo sueño del ascenso en el horizonte.