Viajeros Cuatro ha revelado en su último programa uno de los tesoros mejor guardados de Mallorca: el Caló d'es Màrmols, una cala virgen de extraordinaria belleza que permanece alejada del turismo masivo por su difícil acceso. Durante el episodio dedicado a la isla balear, los espectadores pudieron descubrir este enclave paradisíaco gracias a María Tudela, propietaria de una empresa local de alquiler de embarcaciones. La empresaria mallorquina recibió a la reportera Aranzazu Fuertes y al cámara Álvaro Esteban, a quienes guió hasta esta recóndita playa.
«Es una playa virgen que tenemos en la zona y para mí es la más bonita. Para llegar vamos a ir con el llaüt que es el barco típico de las Islas Baleares, es una obra de arte. Hace años se utilizaba para la pesca pero ahora es para el día a día», explicaba Tudela durante el recorrido, destacando el valor cultural e histórico de este tipo de embarcación. El Caló d'es Màrmols se caracteriza por su arena blanca y fina y está flanqueado por impresionantes acantilados que alcanzan los 20 metros de altura. Sus aguas cristalinas, que adquieren tonalidades turquesas sobre el fondo arenoso, completan un paisaje de postal que permanece prácticamente intacto.
La playa, de aproximadamente 40 metros de longitud por 35 de anchura, se encuentra estratégicamente ubicada entre el faro de Ses Salines y la popular Cala s'Almunia, en el municipio de Santanyí. Una de las características que mantienen a esta cala alejada del turismo masivo es su total ausencia de servicios e infraestructuras. Los visitantes que se aventuren a descubrirla deben ser conscientes de la necesidad de llevar consigo agua potable y alimentos, ya que no encontrarán establecimientos ni puntos de abastecimiento en la zona.
Esta condición, aunque pueda parecer una desventaja, es precisamente lo que ha permitido que el Caló d'es Màrmols mantenga su estado virgen y su encanto natural a lo largo del tiempo. El nombre de esta cala, al igual que el del torrente que desemboca en sus aguas, hace referencia a la característica blancura de su arena y las rocas circundantes, que recuerdan al mármol. Este enclave constituye la última cala de poniente del municipio de Santanyí, convirtiéndose en un punto de referencia para quienes buscan escapar de las playas más concurridas de la isla.
Para los aventureros que deseen conocer este rincón idílico de Mallorca, existen principalmente dos opciones de acceso. La primera y más sencilla, tal como mostró Viajeros Cuatro, es llegar por mar, ya sea contratando una excursión en barco o alquilando una embarcación privada. Esta opción permite disfrutar del paisaje costero durante el trayecto y facilita el acceso directo a la playa. La segunda alternativa es para los amantes del senderismo y consiste en una caminata de aproximadamente 5 kilómetros. Para ello, es necesario dirigirse primero hacia Cala s'Almonia desde Santanyí (a 4,7 kilómetros) o desde Ses Salines (a 9,2 kilómetros).
Una vez estacionado el vehículo en las inmediaciones de esta cala, comienza el sendero que conduce hasta el Caló d'es Màrmols. Es importante señalar que este recorrido requiere calzado adecuado para caminar y una buena condición física, dado que transcurre por terreno irregular y zonas de acantilado. Alternativamente, también es posible acceder a pie desde el faro de Ses Salines, siguiendo un camino costero de similar longitud en dirección este. Este trayecto ofrece vistas panorámicas excepcionales del litoral mallorquín, compensando el esfuerzo de la caminata con un paisaje de gran valor escénico.
La popularización de enclaves como el Caló d'es Màrmols a través de programas televisivos plantea un interesante debate sobre el equilibrio entre promoción turística y conservación medioambiental. Por un lado, dar a conocer estos espacios contribuye a diversificar la oferta turística de Mallorca, descongestionando otras zonas más masificadas. Por otro, existe el riesgo de que una afluencia excesiva de visitantes pueda comprometer la integridad natural de estos entornos privilegiados. Las autoridades locales y los expertos en turismo sostenible insisten en la importancia de un acercamiento responsable a estos espacios naturales. Esto implica respetar estrictamente las normas de conducta en entornos naturales: no dejar residuos, no extraer arena o elementos naturales, y minimizar el impacto de la visita en el ecosistema local.
¡Miserables!. Ir dando pistas para acabar con los últimos espacios sin destruir que quedan