Perico Durán, piloto de avión: «Que falle un motor no es agradable, pero no es tan grave»

El experto explica que los aviones modernos están listos para enfrentarse a este tipo de situaciones

Aviones

Durán asegura que los aviones modernos pasan por rigurosas pruebas de seguridad para prevenir estas situaciones

| Palma |

En el mundo de la aviación, la falla de un motor durante el vuelo suele generar alarma entre los pasajeros. Sin embargo, la realidad es que dicho suceso, aunque no es agradable, no representa un peligro inminente para la aeronave ni para quienes viajan en ella. Tal es la opinión de Perico Durán, experimentado piloto quien ha explicado esta situación en redes sociales.

Un avión moderno está diseñado para seguir operando aunque se produzca el fallo de un motor. De hecho, los fabricantes deben demostrar rigurosamente que sus aviones son capaces de despegar y continuar el vuelo con un motor menos del total que poseen. Esta normativa asegura que el avión mantenga su capacidad de maniobra y desplazamiento incluso si uno de sus motores deja de funcionar durante el despegue.

Según Durán, en el mundo se producen aproximadamente 150 incidentes anuales relacionados con fallos de motor dentro de unos 40 millones de vuelos. Estas cifras manifiestan que, aunque la probabilidad es remota, no es imposible. En muchas ocasiones, la información y la percepción pública sobre estos eventos están cargadas de miedo e incertidumbre, pero lo cierto es que hay numerosos sistemas de seguridad que minimizan los riesgos.

¿Qué pasa cuando un motor falla?

En situaciones donde uno de los motores deja de funcionar, el avión entra en una modalidad conocida como planeo, en la que la sustentación generada por las alas permite continuar el vuelo durante un tiempo considerable y mantener el control de la trayectoria. Incluso en casos extremos, donde ambos motores fallan, la aeronave puede planear hacia un lugar seguro para realizar un aterrizaje de emergencia.

Para ponerlo en perspectiva, a altitudes habituales de crucero, que suelen ser alrededor de 40.000 pies (más de 12.000 metros), se podría volar sin potencia desde Madrid hasta Toledo y regresar, todo planeando, sin necesidad de motores.

Este dato sorprende dado que, a simple vista, la ausencia de motores podría parecer siempre sinónimo de desastre. No obstante, la aerodinámica y la ingeniería aeronáutica permiten que estas máquinas mantengan capacidad de maniobra y seguridad para afrontar esta eventualidad.

Pruebas de seguridad y normativa de los fabricantes

Para poder certificar un avión como seguro, el proceso incluye pruebas estrictas en las que los fabricantes deben demostrar el despegue con un motor apagado. Es decir, el avión realiza una prueba con un motor no operativo para verificar que mantiene las condiciones necesarias para despegar, volar y recorrer una ruta predefinida.

Este requisito es esencial en el diseño y validación de todas las aeronaves de doble o múltiple motor y hace que esta posibilidad no sea una mera teoría, sino una realidad ensayada y controlada.

Por supuesto, estas pruebas no incluyen vuelos de aterrizaje o maniobras complejas con un motor apagado, ya que la seguridad del piloto y los técnicos es prioritaria. El procedimiento busca simular escenarios posibles sin poner en riesgo vidas.

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