La espectacular cueva de Mallorca que deja sin palabras a quien la visita: un frondoso bosque de estalactitas

Un impresionante lago subterráneo hace de esta formación kárstica, ubicada en Porto Cristo, uno de los tesoros más visitados de la Isla

Cuevas del Drach

Las Cuevas del Drach, situadas en la costa este de Mallorca, en la localidad de Porto Cristo

| Porto Cristo |

Las Cuevas del Drach, situadas en la costa este de Mallorca, en la localidad de Porto Cristo, representan uno de los mayores tesoros naturales del archipiélago balear. Este impresionante sistema subterráneo, con más de 1.200 metros de extensión y 25 metros de profundidad, ofrece a sus visitantes un espectáculo visual único compuesto por extraordinarias formaciones de estalactitas y estalagmitas que se han desarrollado durante millones de años. La joya de este complejo es el Lago Martel, considerado uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo.

La historia de estas cuevas se remonta al periodo Miocénico superior, hace entre 11 y 5,3 millones de años, cuando comenzaron a formarse en rocas carbonatadas resultantes de la acumulación de restos de arrecifes de coral y conchas de organismos marinos en el antiguo lecho marino. Sin embargo, no fue hasta 1338 cuando aparecieron documentadas por primera vez en una carta del gobernador de la isla. El nombre Drach, que significa dragón en catalán, quedó registrado en 1632 en la obra Historia del Reino de Mallorca del historiador Juan Dameto, lo que refleja la importancia cultural e histórica que han tenido estos espacios subterráneos para la identidad mallorquina a lo largo de los siglos.

Un sistema de cuatro cavidades con historia milenaria

El complejo de las Cuevas del Drach está formado por cuatro grandes cavidades interconectadas: la Cueva Negra, la Cueva Blanca, la Cueva de Luis Salvador y la Cueva de los Franceses. Cada una presenta características propias, pero en conjunto crean un paisaje subterráneo de belleza incomparable que atrae cada año a cientos de miles de visitantes de todo el mundo.

El verdadero punto de inflexión en la historia moderna de las cuevas llegó en 1896, cuando el reconocido espeleólogo francés Édouard-Alfred Martel, considerado el padre de la espeleología moderna, realizó una minuciosa exploración científica del sistema. Durante esta expedición, Martel descubrió el impresionante lago que hoy lleva su nombre: el Lago Martel, con 115 metros de longitud y 30 metros de anchura, que se ha convertido en uno de los principales atractivos del recorrido.

La temperatura constante de 18 °C durante todo el año y las condiciones estables de humedad han permitido que las formaciones se mantengan prácticamente intactas a lo largo del tiempo. La iluminación artificial, cuidadosamente diseñada para resaltar los contornos y texturas de estalactitas y estalagmitas sin dañar el ecosistema, juega un papel fundamental en la experiencia. Los juegos de luces y sombras revelan los colores naturales de los minerales presentes en las rocas, que van desde el blanco puro hasta tonos ocres y rojizos, pasando por delicadas transparencias.

Desde su apertura al público, las Cuevas del Drach se han convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Mallorca. La combinación de su valor geológico, histórico y cultural, junto con la experiencia sensorial que ofrece la visita, ha consolidado este enclave como parada obligatoria para quienes visitan la isla. El recorrido actual, que dura aproximadamente una hora, está perfectamente acondicionado para facilitar el acceso a todos los públicos. Los caminos están pavimentados y cuentan con barandillas de seguridad, permitiendo contemplar las formaciones desde una distancia respetuosa que garantiza su conservación.

¿Cómo se formaron las estalactitas y estalagmitas de las Cuevas del Drach?

El proceso de formación de estas estructuras es fascinante y extremadamente lento. Comienza cuando el agua de lluvia, ligeramente ácida por absorber dióxido de carbono de la atmósfera, se filtra a través del suelo y la roca calcárea. Durante este trayecto, disuelve pequeñas cantidades de carbonato cálcico. Al llegar a la cavidad, el dióxido de carbono disuelto se libera y el carbonato cálcico se deposita, formando cristales de calcita.

Las estalactitas crecen desde el techo hacia abajo, mientras que las estalagmitas lo hacen desde el suelo hacia arriba. En algunos casos, tras miles de años, ambas formaciones pueden unirse creando columnas. Se estima que, en condiciones óptimas, estas estructuras crecen a un ritmo de aproximadamente un centímetro cada cien años, lo que da una idea de la antigüedad de las formaciones más grandes presentes en las Cuevas del Drach.

1 comentario

user Josefa Llucdamerda | Hace 30 días

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