«En momentos complicados, ¿sabes a quién le puedes mandar un mensaje? ¿A quién le puedes compartir eso que para ti es importante? Si has respondido sí, seguramente tienes la suerte de contar a tu alrededor con personas que conforman tu red de apoyo». Esta es la reflexión que plantea al coach de Salud, Marga Almarcha. En este punto, expone que «a lo largo de nuestra vida nos encontraremos con muchos momentos en los que necesitemos sentirnos acompañados por personas que nos entiendan, nos apoyen y, sobre todo, nos abracen. Situaciones como enfermedades, separaciones, pérdidas de trabajo o, simplemente, situaciones personales que nos generen algún tipo de malestar emocional. Esto hace que se ponga de manifiesto la importancia de construir, cultivar y mantener un círculo de personas para que, en esos momentos donde veamos que nuestras fuerzas flaquean, nos sintamos arropadas y podamos de nuevo volver a flote».
Almarcha destaca que «esas personas que nos abrazan en nuestros momentos más vulnerables crean, sin nosotros darnos cuenta y a lo largo de nuestra vida, nuestra apreciada red de apoyo». A su modo de ver, «todos necesitamos tener cerca a esas personas con las que hemos creado y construido relaciones y vínculos más allá de la amistad. Sin embargo, cuando nos referimos a colectivos vulnerables, personas mayores y jóvenes todavía se hace más importante, ya que pueden ayudar en casos de soledad, abuso en redes sociales o cualquier otro tipo de problema con el que se puedan encontrar en algún momento de sus vidas».
Por todo ello, insiste en que «cultivar ese grupo de personas importantes para ti, te puede aportar una serie de beneficios, cómo por ejemplo sentirte escuchado y apoyado en momentos de vulnerabilidad; y sentirte acompañado, evitando esa sensación a veces tan dolorosa como la soledad y aislamiento. Además, ayuda a manejar nuestros niveles de ansiedad al poder expresarnos en un entorno seguro y confiable; así como a sentirnos que pertenecemos a algo con identidad propia donde se comparten los mismos valores. También nos permite ser vulnerables y mostrarnos cómo realmente somos y no como en muchas ocasiones la sociedad espera de nosotros para encajar. Nos hace sentirnos felices al ver que contribuimos al bienestar de los demás».
Nunca es tarde
La coach reconoce que a determinada edad «puedes estar pensando en la dificultad que puede tener crear una red de apoyo, pero déjame decirte que quizá no sea tan complicado como piensas. Tu red de apoyo o ese círculo de personas más especial es un conjunto de personas dinámico que no necesariamente se tiene que basar en amistades, sino que también puede incluir a familiares, compañeros y personas que son muy significativas en tu vida y que no están en estas categorías. Lo realmente importante es que se base y se construya sobre valores tan importantes como la confianza, el respeto y la comprensión mutua y se viva en una misma realidad compartida».
Almarcha insiste en que merece la pena tejer redes de apoyo emocional porque «nos aportan ese bienestar que tanto necesitamos y que es tan necesario en los tiempos que corren. Las prisas nos dirigen hacía una continua exigencia que nos lleva directamente a situaciones donde nuestros niveles de estrés llegan a sus máximos originando situaciones de desbordamiento emocional, tanto a nivel profesional como personal y familiar».
Otra de sus ventajas es que «nos ayudan a crecer personal, emocional y socialmente, al poder interactuar en un entorno seguro, que nos aporta esa seguridad para desarrollarnos como seres sociales que somos y poniendo en práctica nuestras habilidades sociales. Saber y, sobre todo, sentir que puedes contar con personas que te van a brindar su apoyo traducido en escucha, comprensión y cuidado es sin duda el mejor regalo que podemos recibir».
Para concluir, destaca que «en una sociedad donde las redes sociales y el mundo virtual cada vez tienen más protagonismo, haciéndonos vivir en una realidad hiperconectada pero que también genera un gran aislamiento, saber que contamos con nuestra red de apoyo como ese salvavidas al que nos podemos agarrar cuando un problema nos abrume, nos ayudará a sentirnos más sostenidos para poder surfear las olas que la vida nos traiga».