El champú en seco es ese invento que llega a nuestras vidas para facilitarlas. Destinado a aquellas con falta de tiempo y exceso de grasa, un par de vaporizaciones sobrarán para recuperar el estado habitual de tu pelo. Este producto se comenzó a utilizar en Estados Unidos en los años 60, pero no fue hasta hace relativamente poco que se incorporó en un habitual en la rutina de belleza. Se ha convertido en un imprescindible para las mañanas en las que no da tiempo a lavarse el pelo o para pulir el flequillo cuando el resto de la melena está limpia. Por este motivo, este spray es perfecto para viajes en los que no tienes ni un segundo que perder.
Cómo usar el champú en seco
Hay que tener en cuenta que este producto no sustituye el lavado, sino que es una alternativa rápida para usar en 'emergencias'. El formato clásico del champú en seco es el spray. Por ello, es importante agitarlo antes de su aplicación, para que los ingredientes se mezclen. Con el fin de conseguir resultado óptimos, lo recomendable es pulverizarlo aproximadamente a una distancia de 20 centímetros de la raíz. Además, los expertos recomiendan ir moviendo los mechones mientras se aplica el champú para que quede uniforme. Para terminar, masajea la raíz y cepilla el cabello, puede ser con ayuda del secador con aire frío, para eliminar posibles residuos.
Diferentes champús en seco
A la hora de elegir, es recomendable decantarse por aquellos que tienen ingredientes naturales, como extracto de arroz, de avena, de ortiga o maíz. Estos componentes se encargan de limitar las glándulas sebáceas sin ser dañinos con el cuero cabelludo. Además del clásico spray, ahora existen distintas versiones como la espuma o el polvo. También hay alternativas para cabellos teñidos, morenos y rubios. Por último, las marcas han creado champú en seco tamaño viaje, perfecto para meter en la maleta de mano sin sobrepasar el límite de líquidos o para llevar contigo en el bolso.