La esperada noticia ya ha llegado. Al fin, tras dos años (en concreto, 699 días) podemos dejar la mascarilla a un lado. Sin embargo, aunque se trata de una muy esperada noticia, que nos acerca a la vieja normalidad, a una parte de la población le está generando cierto apuro. Es lo que se conoce como el «síndrome de la cara vacía», es decir, sentir inseguridad y vergüenza al quitarnos la mascarilla. Puede parecer extraño, pero muchos han encontrado en el cubrebocas un refugio para esconder granos o partes de su rostro con las que no se sentían cómodos. Ahora toca enfrentarse a la realidad, pero podemos aprovechar para cuidarnos esta parte de la cara y lucir orgullosos la mejor de las sonrisas.
Hay que tener en cuenta que la piel de esta zona lleva dos años sin haber sido expuesta al sol, asfixiada bajo la mascarilla y con continuos roces. De hecho, han surgido nuevas patologías asociadas al uso de la mascarilla, como la «maskitis», un tipo de dermatitis asociada al uso del cubrebocas. Ahora toca recuperar la piel y prepararla para volver a exponerla. Estos son los productos y rutinas que se pueden convertir en nuestro mejor aliado en la vuelta a la normalidad.
Limpieza facial
Una limpieza es clave en el cuidado de la piel. Antes que aplicar cualquier producto o crema lo primordial es garantizar que la piel está limpia. Si sufrimos de dermatitis o la zona inferior del rostro ha sufrido con la mascarilla, lo mejor es optar por un gel limpiador suave. Otro producto que puede convertirse en un gran aliado son los exfoliantes con AHA. Los alfa hidroxiácidos son unos exfoliantes químicos que ayudan a la renovación celular, por lo que ayudará a que la piel se regenere y recupere el aspecto jovial de antes.
Sérum
Por las mañanas, antes de ir a trabajar o a estudiar, una buena opción puede ser el sérum antioxidante. Esto nos ayudará a aportar hidratación y jugosidad a la piel, además de aportarle un plus de vitamina C, que siempre viene bien. En la rutina de noche también podemos optar por aplicar sérum, tras limpiarnos la piel. En este caso, se recomienda que el líquido tenga un componente que ayuda a tratar arrugas, manchas y el temido acné.
Crema hidratante
Tras aplicarse el gel limpiador y el sérum, otro básico y elemento clave para un buen cuidado facial es la crema hidratante, tanto por la mañana como por la noche. La mejor opción es optar por las cremas que tengan ceramidas, un componente que protege la piel de agresores externos y que nos vendrá muy bien para no agravar el estado de la piel dañada.
Labios
Uno de los grandes perjudicados por el uso de la mascarilla han sido los labios. El microclima que se genera bajo ella provoca que los labios se resequen y se resquebrajen. Ahora que nos olvidamos de ella es fundamental mantenerlos hidratados con un cacao. A parte de todos estos cuidados, cabe recordar la importancia de la protección solar. Es importante siempre aplicarnos crema solar antes de salir de casa para prevenir quemaduras -visibles o no- y, por consiguiente, un envejecimiento prematuro de la piel. Limpieza, protección e hidratación. Tres claves básicas que, aplicadas con constancia, marcan la diferencia.