La dificultad de la mayoría de las familias para hacerse cargo de uno de sus miembros ya anciano, y cuyas facultades mentales están deterioradas, deja, hoy en día, como única alternativa su ingreso en una residencia .
Al elegir residencia ancianos se sopesan factores de diversa índole para procurarles lo mejor, pero hay algo que a veces queda infravalorado, y es que su calidad de vida no se vea mermada por el cuidado extremo de su salud ni de su seguridad.
Esto, por lógica, no significa que en las residencias no deban seguirse las pautas que cada anciano tiene recomendadas en cuanto a medicación, dieta, descanso, salidas y entradas, etc. Significa que hay muchas ocasiones en que por ser demasiado estrictos en su imposición se rebaja de manera sustancial su calidad de vida.
Este es un debate que viene ya de largo y que implica a todos los profesionales de la gerontología, ya que cada uno en su campo, y dentro del consenso común, debe observar si el prohibir o limitar algo a una persona mejora o empeora su bienestar.
Innovaciones en las residencias de ancianos
Aunque el anciano no sea capaz de expresarlo, por la deficiencia mental adquirida, hay muchos detalles, que por pequeños que sean, denotan si se siente a gusto o no, y deben ser tenidos en cuenta a la hora de procurarles una vida satisfactoria.
Esto se entiende mejor conociendo la opinión de expertos, como es la de Marie-Jo Martínez Guisset directora de los programas de la Fondation Médéric Alzheimer, en sus diferentes publicaciones. Entre sus páginas se encuentran ideas innovadoras en cuanto a cómo debería ser el entorno y las actitudes profesionales y familiares con respecto al tipo de vida del enfermo con demencia
Dentro de los problemas que afectan al bienestar de estos enfermos, hay tres cuyo abordaje es primordial.
- La dificultad que tienen para conciliar el sueño por las noches puede impedir que sus vecinos de planta, u habitación descansen. Entre las ideas para rebajar la toma de medicación somnífera excesiva hay residencias que ya han optado por la creación de espacios nocturnos donde pueden estar cómodos y entretenidos hasta que tengan ganas de dormir.
- Respecto a la alimentación hay que tener muy en cuenta sus gustos. Una persona en estas condiciones puede negarse a comer y caer en una desnutrición. Si lo que se le ofrece carece de sabor hay que valorar si añadir a su dieta un poco de sal o azúcar no es mejor que tener que recurrir a sondas.
- La socialización de personas cuya mente no rige bien es complicada, ya que no son capaces de realizar las mismas actividades que otros, pero esto no debe concluir en condenarlos al ostracismo. Las zonas comunes pequeñas, donde se reúnan pacientes de toda condición, les intimidará menos que las que son muy grandes. Además, permiten que estén presentes sus familiares de manera más recogida y se sientan a gusto.
Este pequeño conjunto hace que pierdan la sensación de soledad, el miedo a relacionarse con los demás y que aumente su autoestima. Hay que recordar siempre que no es lo mismo tener una vida muy larga que una buena vida, y poniendo en práctica cambios en lo más básico, se logra que las residencias dejen de ser vistas como aparcamientos y pasen a serlo como auténticos hogares a medida de cada anciano.
Encontrar el punto de equilibrio es complejo, sobre todo teniendo en cuenta las carencias con que se encuentran los profesionales en su apuesta por estos cambios; pero al elegir residencia de ancianos ya se pueden encontrar aquellas que lo están consiguiendo a base de esfuerzo, cariño y de luchar contra los imposibles.