El cambio al horario de invierno tiene lugar este fin de semana y muchas personas tienen problemas para adaptarse. «Si una cosa caracteriza al mes de octubre es el cambio de hora, volvemos a retrasar nuestros relojes una hora entrando así de lleno en el horario de invierno. El próximo sábado a las 3 de la madrugada se pasará a las 2, viviendo de nuevo esa hora como una de más», explica la coach personal y de salud, Marga Almarcha.
Recuerda que este cambio que realiza desde los años 70, pero todavía son muchas las personas a las que les cuesta un poco más adaptarse a ese cambio. «Si bien no supone una afectación a la salud ni al bienestar de las personas, hay ciertos colectivos como los lactantes, las mujeres y las personas mayores que son más susceptibles de experimentar ciertas incomodidades, aunque serán menos relevantes o acusadas que en el cambio de horario de verano».
¿Cuáles son los principales efectos?
Uno de los efectos que se pueden asociar al cambio de hora es el sueño, que «se puede ver alterado despertándonos cuando todavía hay oscuridad. Al mismo tiempo, los lactantes se acostarán cuando todavía haya luz, lo que les puede generar una mayor dificultad a la hora de quedarse dormidos. El resultado en ambas situaciones es que nos podemos sentir más cansados e ir arrastrando somnolencia a lo largo del día hasta que nos regulemos».
La coach advierte que «los primeros días posteriores al cambio de horario son para acostumbrarnos y transitar en cierta irritabilidad, cansancio y otros efectos derivados de la menor liberación de serotonina que produce la oscuridad, teniendo en cuenta que irán disminuyendo en el momento en que nos adaptemos biológicamente».
¿Cómo aliviar los efectos del cambio horario?
Ir acostumbrando al cuerpo los días anteriores acomodando el horario poco a poco puede ayudar a ver disminuida esta sensación de jet-lag. «Lo puedes incorporar cada día levantándote o acostándote quince minutos antes, así poco a poco se irá acostumbrando el cuerpo al nuevo horario.
Almarcha señala que «muchas veces la sensación de hambre regula nuestros horarios, en este sentido es importante ir modificando tu horario de comidas para que tu estómago se vaya acostumbrando al nuevo horario».
Además, avisa que «el fin de semana del cambio de horario seguramente te encuentres con menos ganas de hacer cosas, por lo que es interesante que reduzcas tu actividad o que hagas actividades que exijan poco esfuerzo a modo de que te sientes descansado».
Para que los patrones de sueño no se vean alterados, aconseja evitar hacer siesta durante unos días. En el caso de las personas a las que les cuesta conciliar el sueño, posiblemente acusen más el cambio de hora, por ello sería beneficioso que no abusen de bebidas estimulantes el día anterior y el posterior sobre todo después de comer.
«Ya se sabe que el uso de los dispositivos electrónicos debería regularse, sobre todo por la noche. Por esta razón, es importante no dedicarles muchas horas antes de ir a dormir el día anterior y posterior al cambio de hora», recomienda.
«Aunque todavía no sabemos si se seguirá manteniendo este cambio de horario por parte de los países de la UE o finalmente se unificará o se dejará a que cada país lo adapte según sea más adecuado, lo que sí que es cierto es que atrasar o adelantar una hora el horario genera en nosotros ciertos síntomas que, en función de cada uno, cuesta sobrellevarlos, aunque estemos acostumbrados a bailar sobre esa hora de más o de menos. Tener en cuenta estas recomendaciones nos puede ayudar a rebajar la incomodidad de parecer que hemos hecho un viaje transoceánico aunque solo se trate de una hora» concluye la coach.