Cansancio, falta de fuerzas, de energías... son algunas de las sensaciones habituales que sienten muchas personas cuando se acerca la primavera. Se trata de la denominada astenia primaveral.
La coach de personas y salud, Margal Almarcha, explica que la astenia primaveral puede afectar a casi la mitad de la población, en una mayor o menor intensidad, pero aclara que los síntomas normalmente no se alargan en el tiempo. Además, precisa que «en su gran mayoría son leves y no se trata de una enfermedad».
También destaca que los efectos de la pandemia agudizarán la astenia primaveral, ya que «nuestros niveles de estrés están más altos de lo normal», por lo que insta a «estar atentos a estas señales para poder llevar una mejor prevención y atenuar sus síntomas».
¿Cuáles son las señales más características de la astenia primaveral?
Las principales características de la astenia primaveral son el cansancio y la falta de concentración, que pueden ir emparejados de una baja vitalidad dando lugar a una disminución de la capacidad para atender de una forma efectiva los quehaceres.
La coach añade que viene de la mano de otros síntomas como trastornos del sueño, dolores de cabeza, pérdida de memoria, alteraciones del apetito, además de un estado más irritado o más apático de lo normal. «Todo ello nos pone sobre la pista de que nuestro organismo está dando respuesta a unos cambios a los que intenta regularse para darles una mejor respuesta».
Las causas que llevan al organismo a experimentar estos síntomas son varias, se trata de una adaptación a unos factores básicamente ambientales como el cambio de tiempo que se da como consecuencia de la subida de las temperaturas y de la presión atmosférica, el aumento de las horas de luz, el cambio de hora (más posterior, pero que también influirá). «Todo ello, provoca un cambio de la rutina que llevamos diariamente durante el día», señala.
Todo ello origina unos desórdenes en el cuerpo humano que provocan cambios en los ritmos circadianos lo que se traduce en una secreción de una serie de hormonas como las endorfinas, el cortisol, la melatonina… Esto provoca un cambio en los ritmos biológicos a los cuales nuestro organismo tiene que adaptarse generando un consumo extra de energía.
Claves para disminuir los efectos de la astenia
Almarcha explica que un enfoque multifactorial ayudará a rebajar la sintomatología, permitiendo al organismo conseguir una adaptación más fácil y rápida.
-Un buen descanso. «Éste se consigue con unos buenos hábitos de descanso como son dormir de 7 a 8 horas, cenar de forma ligera esperando dos horas antes de ir a dormir y no utilizar dispositivos electrónicos antes de ir a la cama para evitar desvelarnos».
-Una buena alimentación. La coach recomienda que esté «basada en alimentos ricos en vitaminas y minerales como son las verduras de hoja verde, las frutas, las legumbres y los cereales integrales, etc, ya que ayudan a mantener en buen estado el sistema inmunitario y así poder refrenar la fatiga y los otros síntomas derivados». Además, insta a comer menos cantidad y más a menudo, «hacer las cinco comidas al día puede ser una buena opción para evitar comidas copiosas que provoquen digestiones pesadas y somnolencia». También se deben incluir alimentos que aporten un extra de energía, como los plátanos o los frutos secos.
-Una buena hidratación. La deshidratación puede provocar dolores de cabeza, falta de concentración o fatiga mental. Por lo tanto, ahora que empezarán a subir las temperaturas es esencial prestar atención a este tema.
-Ejercicio físico. Durante la práctica deportiva se liberan endorfinas, neurotransmisores del bienestar que ayudan a sentirse de mejor humor; también ayuda a reducir el estrés.
-Sustancias naturales. Almarcha subraya las propiedades revitalizantes del polen, el ginseng o la jalea real. No obstante, precisa que antes de consumir ningún tipo de suplemento es preferible consultar con un especialista.
-Adaptarse lo antes posible al cambio de hora. Antes de que se produzca recomienda ir introduciendo pequeños cambios en las rutinas diarias que ayuden a ir adaptándose. «Aún así es importante que mantengamos en la medida de los posible unos horarios lo más ordenados posible», sugiere.
«La llegada de la primavera trae consigue un proceso adaptativo que muchas veces el cuerpo no es capaz de realizar tan fácilmente como nuestras ganas de calor, con lo que muchas veces no se cumple con el dicho aquel de ´la primavera la sangre altera. No dejes que la astenia primaveral se quede en tu cuerpo como el polen cuando cubre las superficies. Intenta barrer todo lo que puedas los síntomas para poder disfrutar cuanto antes de las bendiciones de la estación más bonita del año» concluye.