Las intoxicaciones alimentarias son bastante frecuentes en verano. Romper la cadena de frío de los alimentos o no lavarlos adecuadamente pueden hacer que se contaminen y que terminemos en urgencias con unos síntomas nada agradables. La salmonelosis es la infección más común. De hecho, «uno de cada tres brotes alimentarios en 2018 fue causado por esta bacteria de la salmonela» según la OCU. Por eso ¿cómo podemos evitarla?
La salmonelosis está producida por las bacterias que se incluyen en el género Salmonella. Sin embargo, la OCU afirma que «la más habitual es la Salmonella enteritidis». Contraer esta bacteria es frecuente, sobre todo en verano. Por esta razón, es importante saber qué hacer para evitar que esto suceda.
La bacteria Salmonella vive en nuestros intestinos, pero no suele causarnos ningún problema. Tanto los humanos como los animales tenemos bacterias y estas son saludables. Sin embargo, como bien indica la OCU, el problema está cuando «las bacterias salen del intestino, llegan a los alimentos y se multiplican en ellos». Pues una sola bacteria no es peligrosa; pero muchas, sí.
La salmonelosis se contagia de una manera muy fácil. Consumir alimentos elaborados con huevo crudo ya es un factor de riesgo. Asimismo, la carne fresca de aves también debe manipularse con mucho cuidado. Si está cerca de alimentos contaminados con la bacteria o no se cocina bien, nos exponemos a contagiarnos de salmonelosis y sufrir todos sus síntomas.
Otros alimentos que también pueden causar salmonelosis son las verduras o mariscos que han sido tratados con aguas residuales, contaminadas o que no estaban bien depuradas. Además, recordemos que hay que manipular siempre estos alimentos con las manos bien limpias. Esto es fundamental.
Los síntomas de la salmonelosis pueden tardar en aparecer entre 12 o 36 horas y es frecuente que las personas que han contraído la bacteria presente cuadros de diarrea, dolor abdominal agudo, vómitos, fiebre, malestar general y dolor de cabeza. Cuando aparece, hay que buscar ayuda médica de inmediato.
Acudir a un servicio de urgencias sin demora es esencial, sobre todo, si la salmonelosis le afecta a niños o mayores. En estos casos, si la situación se agrava, esta intoxicación alimentaria puede ser mortal para ellos. La deshidratación que provoca esta intoxicación es bastante grave.
La salmonelosis se puede prevenir teniendo mucho cuidado al manipular los alimentos. Lavarlos siempre con agua que esté limpia, congelarlos si no se van a consumir de inmediato o cocinarlos muy bien son algunas maneras de evitar este tipo de intoxicación. Asimismo, con respecto a los huevos, se debe siempre respetar la fecha de consumo preferente y, en estos casos, no se deben lavar.
La OCU indica que si se lavan los huevos esto puede ayudar a que la salmonela pase al interior. Por lo tanto, es un consejo curioso, pero útil, para evitar el contagio por esta bacteria. Con estos sencillos consejos, es posible prevenir la salmonelosis. Una de las intoxicaciones más frecuentes, sobre todo, en verano.