Durante la época estival, la combinación del aumento de las temperaturas y la humedad se produce una mayor presencias de mosquitos, sobre todo, en determinadas zonas. Es por eso que en verano son más frecuentes las picaduras y molestias causadas por los insectos.
Así, la Organización de Consumidores y Usuarios ha indicado las cinco especies de insectos que, por el tamaño de sus colonias o por el mayor riesgo de que transmitan enfermedades, son los más peligrosos y los que más conviene identificar.
El mosquito Tigre, Aedes abopictus, es una de estas especies. Es pequeño, de color negro, con pintas blancas y una raya blanca en cabeza y tórax. Pican con mayor frecuencia durante el día y las picaduras se dan mayormente en las piernas, ya que próximo al suelo. Es vector de enfermedades tropicales, como el dengue y el zika. Su presencia es mayor por el mediterráneo, en zonas como Cataluña, Baleares o Murcia.
Otro bicho a tener en cuenta es la garrapata común, Ixodes ricinus, diferente a la garrapata de los perros. es vector de la enfermedad de Lyme y, aunque no es exactamente de ámbito doméstico, sí que está presente en el ámbito rural, en zonas de prados y bosques. Así, conviene que las personas que acostumbren a dar paseos por el campo, vistan con mangas y pantalón largo.
La chinche de las camas, Cimex lectularius, es otro de los bichos que aparecen en esta lista, no porque transmita enfermedades, sino por el aumento de las infestaciones en las grandes ciudades y su resistencia a insecticidas habituales. Con una vaporeta se puede acabar con ellas, así como lavando la ropa a 60 ºC y usando secadora.
La hormiga argentina, Linepithema humile, es una especie muy pequeña y de color marrón, cuyo peligro está en que es una especie invasora capaz de instalarse en edificios y formar colonias gigantes que cientos de kilómetros y acaban con otras hormigas como ha ocurrido en la franja costera mediterránea. Las invasiones de las viviendas se dan con mayor frecuencia en los meses fríos de invierno con temperaturas bajas y humedad alta.
Por último, la araña reclusa parda mediterránea, Loxosceles rufescens, es una especie que se caracteriza por su color castaño y un dibujo parecido a un violín que cubre el tórax. Su presencia se da más en zonas cálidas, en especial el sur de la península, habiendo tenido repercusión algunos casos en Sevilla. Esta busca rincones y lugares escondidos, lo que hace que a veces acabe en el interior de las viviendas, aunque es más fácil encontrarla escondida pasando el inverno en arquetas de riego en el campo. Su picadura es peligrosa, ya que puede necrosar la herida. Es raro que pique pero puede ocurrir al meter la mano en despensas, baúles o cajones.
La Organización de Consumidores y Usuarios recuerda que la solución ante los bichos no es usar mayor cantidad de insecticida, ya que eso contamina el ambiente y daña a otros animales como pájaros, peces y abejas. Lo ideal es favorecer la lucha biológica para que se restablezca el equilibrio natural y, por nuestra parte, mantener a los bichos fuera de las viviendas.