Demelza Jefferis, una madre de 42 años de Plymouth, en Inglaterra, ha contado en las redes sociales el cáncer de mama que padeció y cómo todo empezó de la manera más accidental al creer que tenía una estría en el escote.
En un primer momento, cuenta, notó una extraña marca en su escote cuando al salir de la ducha se le cayó la toalla. «Pensé que, habiendo tenido hijos, era solo una estría, hasta que volví a levantar el brazo. No me gustó nada su aspecto», indica en declaraciones que recoge el Daily Mail.
Tras comprobarlo detenidamente notó que cuando levantaba el brazo le aparecía un bulto. «Levanté el brazo de nuevo para comprobarlo. Debí haberlo hecho unas 10 o 100 veces porque cada vez que levantaba el brazo estaba allí, y cada vez que lo bajaba, no estaba», recuerda Demelza Jefferis.
Tras contactar con su médico de cabecera y realizarle una serie de mamografías y biopsias, un mes después de notar aquella marca por primera vez, el diagnóstico fue claro: tenía un cáncer de mama en fase dos. «Recuerdo que me estaban contando el plan de tratamiento y yo lloraba. No podía cree que estuviera pasando. Aún no puedo entender el hecho de que sucediese, ha sido todo muy borroso, simplemente extraño», ha calificado.
Por suerte, se lo cogieron a tiempo y pudo ser operada en mayo para extraerle el bulto del pecho. «Me quitaron el bulto y un par de ganglios linfáticos de la axila. Mi médico me dijo: 'Lo descubriste pronto. Tienes mucha suerte de haberlo encontrado por lo que hiciste». El 31 de julio completó su tratamiento de dos semanas de radioterapia, coincidiendo con su 16º aniversario de bodas.
Ahora, Demelza ha contado su historia en las redes sociales para concienciar a las mujeres a que sean minuciosas al revisar sus pechos y busquen algún signo de cambio a la vista, como pueden ser abolladuras u hoyuelos, además de la sensación de bultos. «Es importante. Se tarda dos minutos en revisar los senos. La gente tiene que hacerlo. Puede cambiar toda tu vida», concluye.