La quimiofobia es el miedo o aversión irracional contra las sustancias químicas o los productos que contienen químicos. Así son cada vez más las personas que se dejan influir por este miedo y tratan de evitar el consumo o el uso de cualquier alimento o producto que contenga químicos.
Este miedo es irracional ya que, «gracias a la química el ser humano ha conseguido sus niveles actuales de calidad de vida», explica una profesora de la Universidad de Alcalá de Henares en el portal de comunicación. Así, «es difícil entender de dónde vienen la desconfianza, el escepticismo y la incredulidad que la sociedad muestra ante la ciencia en general y la química en particular», añade.
Uno de los tipos de quimiofobia más extendidos es la quimiofobia alimentaria. Un ejemplo son las personas han dejado de consumir pescado o marisco porque contienen mercurio. Sin embargo, los niveles de mercurio en estos alimentos son muy bajos y, en consecuencia, se pierden nutrientes esenciales.
Otro ejemplo que señalan sobre la quimiofibia alimentaria desde Zschimmer-Schwarz, empresa dedicada a la química industrial, es el miedo a los conservantes. Muchas personas optan por no consumirlos debido a las sustancias químicas que contienen. Sin embargo, los conservantes ayudan a evitar la degradación y la contaminación, impidiendo las intoxicaciones que podrían producir al ingerirlos.
Otro tipo de quimiofibia es la cosmética, influida por las campañas publicitarias. Tanto es así que la industria ha prohibido el uso de eslóganes referidos a la ausencia de químicos cuando se refieran a ingredientes cuyo uso está aceptado por la ley, a excepción de los alérgenos o productos sin ingredientes de origen animal.
También la quimiofobia afecta al mundo de la salud, ya que muchos adultos optan, por ejemplo, por no vacunar a sus hijos por miedo que estas vacunas causen algún tipo de daño a los pequeños. Así, muchos niños mueren por no ser vacunados, sin embargo, el caso contrario no se da nunca.
Para superar la quimiofibia, la profesora de la UAH hace referencia a la importancia de la educación y de la información. Esto es determinante para conocer la realidad de los productos, los componentes, las diferentes sustancias químicas, para qué sirven....
También desde la empresa especializada en químicos hacen alusión a la importancia de la cultura científica, donde priorice la honestidad y el rigor. Además, es importante que la legislación revise los eslóganes publicitarios, que pueden llegar a ser innecesariamente alarmantes, confundiendo al consumidor y fomentando la quimiofobia.