Algunos dicen que la mejor edad son los 20, otros en cambio que los 30 e incluso otros muchos que los 50. Por norma general, estas afirmaciones pueden ser subjetivas, ya que están relacionadas con experiencias y momentos.
Pero a lo que a piel se refiere, el paso de los años repercute en la tez y es necesario cuidarla de manera diferente en cada etapa. Teresa Bonnín, farmacéutica, nutricionista y experta en dermología, da las claves para tener una piel sana. Bonnín aclara que encasillar unos productos específicos a una edad determinada no es lo correcto, porque el estado de la piel va a depender de ciertos factores. Comenta también que la limpieza, la hidratación y la protección solar durante todo el año son rutinas de belleza que deben estar presentes en cualquier momento de la vida.
De los 20 a los 30
¡Bendita juventud! Pero al igual que la belleza, es efímera. Cuando uno es joven no se suele preocupar demasiado por determinados aspectos de la belleza. Es un momento en el que la piel está firme y una época perfecta para empezar a habituarse a ciertas rutinas para mantener la suavidad y elasticidad de la piel.
Una buena exfoliación con productos adecuados, como aquellos que no tienen pH agresivos, traen grandes beneficios, como tener una tez lisa y suave al instante. La hidratación es otro de los gestos más básicos y fundamentales, además consigue que la piel sea más resistente.
De los 30 a los 40
Cuando soplas más velas que cantidad de pastel comes, llega el momento de adoptar ciertos rituales diarios de belleza para garantizar una buena piel. Uno de los mandamientos que una treintañera no debe saltarse es la limpieza del rostro por la mañana y por la noche. Teresa Bonnín comenta que «la limpieza del rostro es fundamental y hay que tener cuidado con ciertos jabones, ya que pueden resecar».
El contorno de ojos es otro de los productos que hay que tener en cuenta en la rutina. «A partir de esta edad aparecen las primeras arrugas de expresión, puede ser que tengas también ojeras o bolsas. Se recomiendan productos que respeten el pH del lagrimal, hipoalergénicos y con activos de función global con cafeína, péptidos, vitamina C y derivados de la vitamina K».
De los 40 a los 50
Los 40 son los nuevos 30, pero con madurez, confianza y alguna que otra arruga. Bonnín afirma que a los 40 los signos de la edad se hacen más visibles y que la tez va perdiendo elasticidad y luminosidad. La piel tiene memoria, y es en esta época cuando se empiezan a observar las consecuencias del daño solar acumulado y del ritmo de vida que llevamos actualmente, sobre todo el estrés.
Además de la limpieza, la hidratación y el contorno de ojos, Teresa recomienda la exfoliación y el uso de mascarillas. «Podemos optar por peelings químicos a base de ácido glicólico, para activar la renovación celular y atenuar las manchas cutáneas, una vez a la semana. También hay que tener en cuenta las mascarillas hidratantes o nutritivas para aportar flexibilidad y mantener la hidratación, despigmentantes, seboreguladoras son muy interesantes para aplicarlas después de exfoliación».
A partir de los 50
La experta explica que en esta etapa los niveles de estrógeno disminuyen mientras los andrógenos se mantienen constantes y pueden provocar una variedad de cambios en el estado de la piel no deseados, que van desde el acné, que recuerda a la adolescencia, hasta las arrugas y la tan temida flacidez, que aparece de la noche a la mañana. Existe una relación entre la producción de colágeno, el grosor de la piel y la falta de estrógenos. La desaceleración natural del recambio celular y la disminución de los humectantes en la piel también exacerban la sequedad.
Para la prevención del envejecimiento, y para corregir arrugas, Teresa recomienda utilizar un producto intensivo. Cosméticos con vitamina C pura o ácido ferúlico, entre otros. «Se puede usar durante un período prolongado de tiempo, pero siempre conociendo sus efectos y utilizando protección solar FPS 50+», aclara la experta. Pero no solo eso, es importante añadir a la rutina, además de la exfoliación y mascarilla, una ampolla de tratamiento.
«Semanalmente, es recomendable una exfoliación suave en casa para eliminar las células muertas de la piel, iluminar y permitir que los productos penetren más fácilmente en la piel. Como experta en dermo, Bonnín aclara que el 80 % de los signos de la edad está en tus manos y recibe el nombre de exposoma. La protección y prevención frente a estos factores y la corrección de sus efectos sobre la piel, van a ser capaces de retrasar y corregir el envejecimiento cutáneo. La piel no tiene edad, sino necesidades.
Por último, Teresa Bonnín añade que «no hay que olvidar la nutricosmética –activos vía oral–, que van a ayudar a completar y complementar los cuidados cosméticos tópicos». «Estos suplementos –explica– pueden contener ácidos grasos esenciales, colágeno, vitaminas, diferentes tipos de antioxidantes, que elegiremos en función de cuál sea nuestra mayor preocupación».