La semana pasada fui a la inauguración de un nuevo local de kebab, Nino’s Kebab en Vía Argentina. Esta familia sueca asiria me impresionó tanto con la comida como con el servicio. Esta experiencia me hizo pensar en el origen del kebab.
Los raíces de Kebab se remontan a siglos atrás en el Medio Oriente. La palabra «kebab» proviene del árabe «kabab», que significa carne asada, y su historia está ligada a las antiguas tradiciones culinarias de Persia, el Imperio Otomano y otras civilizaciones que lo adoptaron como parte fundamental de su gastronomía. El origen exacto del kebab es debatido, pero se cree que comenzó cuando los guerreros persas cocinaban carne sobre espadas sobre fuego abierto, dando lugar al concepto de asar carne. Esta técnica se expandió rápidamente por la región, adoptándose en Turquía, donde el «kebap» (como se le llama en turco) se convirtió en un plato esencial de la dieta, y luego en toda Asia Central, el Mediterráneo y el sur de Asia.
Döner Kebab (Turquía): Es probablemente la versión más famosa a nivel mundial, originada en Turquía. La carne (generalmente cordero, ternera o pollo) se corta en finas tiras de una gran pieza que se cocina lentamente en un asador vertical. Se sirve en pan de pita o pan plano, acompañado de ensalada, tomates, cebollas, y salsas. Shish Kebab (Medio Oriente y Turquía): Esta versión consiste en trozos de carne marinada ensartados en una brocheta y asados a la parrilla.
El shish kebab puede hacerse con diferentes tipos de carne, como cordero, pollo o ternera, y se acompaña generalmente de verduras a la parrilla. Seekh Kebab (India y Pakistán): Esta variedad se hace con carne molida, generalmente de cordero o ternera, mezclada con especias como el comino, el cilantro y el chile. La carne se ensarta en brochetas y se cocina a la parrilla o en tandur (horno de barro). Es muy popular en el subcontinente indio. Kabab Koobideh (Irán): Es una versión persa que utiliza carne molida de cordero o ternera mezclada con cebolla rallada y especias. Se sirve generalmente con arroz basmati, tomates asados y pan fino.
El kebab clásico se acompaña de una serie de condimentos y salsas que varían, dependiendo del país. Algunos de los más comunes incluyen: yogur con ayo, salsa Tahini, hummus, ensaladas frescas de tomate, pepino, lechuga, cebolla y perejil y pan de pita o lavash. En resumen, el kebab es un plato que ha trascendido fronteras y sigue siendo un favorito en todo el mundo.