»Salimos con buen tiempo, y era noche cerrada cuando llegamos a Klausenburg, donde pasé la noche en el Hotel Royale. En la cena comí pollo preparado con pimentón rojo, que estaba muy sabroso, pero que me dio mucha sed. El camarero me dijo que se llamaba Paprika Hemdl, y que, como era un plato nacional, me sería muy fácil obtenerlo en cualquier lugar de los Cárpatos... Comí más pimentón en el desayuno, una especie de potaje hecho de harina de maíz que llaman Mamaliga, y berenjena rellena con picadillo, un excelente plato denominado Impletata. Me apresuré con el desayuno ya que el tren salía un poco después de las ocho... Aquel día cené lo que la gente de aquí llama bistec robado, con rodajas de tocino, cebolla y carne de res, todo sazonado con pimiento rojo ensartado en palos y asado... El vino era Mediasch Dorado, que produce una rara picazón en la lengua, la cual, sin embargo, no es desagradable. Solo bebí un par de vasos de este vino, y nada más».
Este fragmento novelístico pertenece a la novela sobre un mítico personaje, Drácula, que unía a una historia terrible un mito popular, una ficción, una leyenda cuyo autor, Bram Stoker (Dublín, 1847-Londres, 1912) logró mucho éxito en vida y aún después de su muerte por su proyección mundial en cine y televisión se ha repetido mundialmente las ediciones y los guiones incorporados al cine y la televisión. La vida de Bram Stoker, por sí misma, tiene el interés de una novela. De minusválido de niño a campeón atlético de la Universidad de Dublín. Luego, funcionario del Gobierno irlandés y crítico teatral. Más tarde empresario del actor Henry Irving y novelista. En 1905 entró a trabajar en el ‘London Telegram’ hasta su muerte en 1912.
Vayamos ahora a la evocativa receta: Cortaremos un pollo en trozos sazonados con sal y pimienta y lo doramos en la cazuela con sesenta gramos de mantequilla y una cucharada de aceite. Lo retiramos y añadimos a la cazuela una cucharada de pimentón dulce, una cebolla y un pimiento verde picados, de modo que todo ello se saltea hasta que toma color, Lo removemos y lo regamos con medio litro de caldo de pollo. Lo ponemos de nuevo en la cazuela y lo dejamos cocer tapado, a fuego suave, hasta que esté bien tierno.