Hace unos días comí el mejor cheesecake neoyorquino en Thalia, un nuevo restaurante en el Paseo Mallorca de Palma. El New York cheesecake es uno de los postres más emblemáticos de la ciudad de Nueva York. Este pastel se caracteriza por su textura densa, cremosa y suave, gracias a su ingrediente principal: el queso crema. Aunque el cheesecake en general tiene una historia que se remonta a la antigua Grecia, el New York cheesecake tiene un origen moderno y bien definido en el corazón de la Gran Manzana. La receta se popularizó en el siglo XX y se le atribuye a Arnold Reuben, un restaurador alemán que dirigía varios restaurantes en Nueva York. Según la leyenda, fue en 1929 cuando Reuben probó un pastel de queso en una fiesta y decidió crear su propia versión. A partir de allí, el cheesecake comenzó a aparecer en los menús de muchos restaurantes neoyorquinos, hasta convertirse en un símbolo de la ciudad.
El New York cheesecake es notable por su riqueza y sabor intenso, que provienen del uso de grandes cantidades de queso crema, huevos y azúcar, con una pequeña cantidad de crema o nata. A menudo se hornea sin otros ingredientes añadidos, como frutas o chocolates, lo que le da un sabor puro y cremoso. La base es tradicionalmente una corteza de galletas Graham desmenuzadas y mantequilla, que complementa la suavidad del relleno. Por otro lado, el cheesecake estilo italiano usa ricotta, lo que lo hace más ligero y menos denso, mientras que el japonés, por ejemplo, es aireado y esponjoso, casi similar a un soufflé.
NY Cheesecake, paso a paso… Ingredientes: 900 g de queso crema a temperatura ambiente, 1 taza de azúcar, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 4 huevos grandes, 1 taza de crema agria, 1 taza de galletas Graham trituradas, 1/4 taza de mantequilla derretida.
Instrucciones: Precalienta el horno a 160°C. Engrasa un molde de 23 cm de diámetro. Mezcla las galletas Graham trituradas con la mantequilla derretida y presiona esta mezcla en la base del molde para formar la corteza. Hornea durante 10 minutos y deja enfriar. En un bol grande, bate el queso crema hasta que esté suave. Añade el azúcar y el extracto de vainilla y continúa batiendo. Agrega los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada adición. Incorpora la crema agria. Vierte la mezcla de queso crema sobre la base de galletas. Hornea durante 55-60 minutos. Apaga el horno, abre la puerta ligeramente y deja enfriar durante una hora antes de refrigerarlo. Refrigera por lo menos 4 horas antes de servir.