La vuelta cole supone un quebrado de cabeza para muchos padres y madres, ya no sólo el regreso a la rutina, sino también por la vuelta a preparar tuppers para la merienda. La OMS recomienda que los niños consuman cinco comidas al día: desayuno, comida, cena y dos meriendas. Sin embargo, las prisas hacen que en muchas ocasiones las meriendas sean las grandes obligadas. De hecho, se ha demostrado que merendar a diario reduce el riesgo de obesidad en los niños ya que de esta manera los pequeños pueden regular la ingesta diaria de alimentos llegando con menos apetito a cada comida. Oto de los beneficios es que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y la producción de insulina, por lo que contribuye a prevenir y mantener bajo control la diabetes infantil. ¿Cómo debe ser la merienda de los niños?
1. Nutritiva
La merienda debe representar el 15 % del aporte energético diario que recomienda la OMS pero lo ideal es que esas calorías provengan de alimentos con vitaminas, minerales y proteínas. Los nutricionistas recomiendan una ración de fruta, cereales y lácteos.
2. Natural y saludable
Los procesados no son sanos para los niños, ni tampoco para los adultos. Este tipo de alimentos contienen conservantes, aditivos e ingredientes artificiales que pueden ser dañinos para su salud. De hecho, los alimentos ricos en azúcares y grasas como los productos de la bollería industrial no se recomiendan porque además de no ser nutritivos, les aportan al niño muchísimas calorías vacías que terminan por generar sobrepeso.
4. Medir las cantidades
Igual de importante que los alimentos que se incluyen en la merienda de los niños son las cantidades. La merienda es una comida que sirve para calmar el hambre hasta la comida, por ello las porciones no deben ser demasiado grandes.
Entonces, ¿Qué le pongo a mi hijo para merendar?
Aunque muchos colegios marcan un día fijo de fruta y lácteos, existen otros que la merienda es de libre elección para los padres. Llenar la mochila con algo apetecible y que no sea repetitivo puede resultar una tarea complicada. Algunas ideas para prepararle una merienda saludable pueden ser un sándwich de jamón y queso, una mandarina y un yogur o un bocadillo de queso o pavo y una manzana. Otro día de la semana se puede optar por llevar un puñado de frutos secos y un yogur. Lo ideal es que sea una comida en la que siempre esté presente la fruta y para evitar que los niños se aburran se puede escoger aquella que sea de temporada.