Es importante saber cómo hacer frente a las altas temperaturas para que las frutas no se estropeen y se conserven en las mejores condiciones posibles. Dependiendo del gusto personal, algunos prefieren la fruta madura y otros verde. Sin embargo, a nadie le gusta desperdiciar la compra porque se ha puesto mala. Aquí algunos consejos para mejorar su conservación.
Separar la fruta que ya está madura
Cuando una fruta está en proceso de maduración desprende gas etileno, este hace que las otras maduren más rápido. Igual que este gas puede afectar a otras frutas, también lo hace con las verduras. Es mejor no mezclar una pieza madura con el resto, sobre todo si se trata de la manzana, la pera, los plátanos o los melones, ya que son las que más gas etileno producen.
Quitar el envoltorio si es de plástico
Lo más recomendable es guardar las frutas en la nevera sin el plástico en el que se envasan, y dejando espacio entre las mismas. Sin embargo, si se guardan en bolsas de papel o recipientes de cristal se preservarán más tiempo frescas.
Guarda las frutas en el cajón específico de la nevera
Estos espacios están diseñados para controlar la humedad y reducir el frío, por lo que garantizan un tiempo prolongado de conservación sin afectar a los nutrientes y propiedades de los alimentos.
Lavarlas y cortarlas solo antes de su consumición
Antes de consumir una pieza de fruta se debe lavar, pero si el objetivo es conservarla en la nevera lo más conveniente es no introducirlas húmedas ni mojadas porque se aceleraría su deterioro. Lo mismo sucede al cortarlas, el deterioro se precipitaría con la oxidación del alimento. Aunque se pueden rociar los trozos partidos con limón, un antioxidante natural y guardarlos en una bolsa hermética o tupper.
Congelar la fruta mejor que desperdiciarla
Una vez la fruta ha madurado más de lo deseado, optar por congelar la fruta es una buena opción. Pese a que esa pieza no va a ser consumida como un producto fresco, se puede utilizar para hacer batidos, compotas u otro tipo de postres y dulces con frutas. El procedimiento para congelarla es: lava las frutas, córtalas en trozos pequeños y retira las partes no comestibles. Una vez hecho esto guárdalas en tuppers o bolsas herméticas en el congelador.