Hubo un tiempo en el que Jacinto del Valle era el cocinero más conocido de Mallorca junto a Koldo Royo, Marc Fosh y Gerhard Schwaiger. Su restaurante, Porto Pi, cerró en 2006 y posteriormente se fue a Formentera para trabajar en el Gecko y Ca na Joana. La pandemia hizo que volviera a Santa Maria y, tras dar algunos cursos y cocinar como chef privado, comenzó hace un año a cocinar en el café Comerç. «Un día estaba tomando un café allí y me fijé en que había una parte del local inutilizada. Hablé con el dueño, Domingo Bover, y con un apretón de manos llegamos a un rápido acuerdo». Los comienzos no fueron fáciles, sin embargo. «Mi hermano me tuvo que dejar 400 euros porque no tenía ni un euro y los proveedores al principio me tuvieron que fiar. Pero al cabo de dos semanas ya no debía un euro a nadie».
Jacinto abre la cocina cada día a las 5 de la mañana y prepara una docena de platos. «Es cocina casera y lo que más éxito tiene es la lasaña de espinacas, el frit y el pollo al curry». El hecho de no poder elaborar unos platos de más nivel no le causa ningún problema. «A mí lo que me gusta es cocinar. Y me da igual que sea para un cliente que paga 80 ó 90 euros que para el que se lleva una ración de 6. Lo más importante es que el cliente esté contento».
Jacinto se muestra encantado con esta experiencia. «Me ha permitido hasta la fecha vivir un año» y explica que no cierra nunca. «Es bastante agotador porque cada día madrugo mucho y trabajo todos los días porque si cierro un día la comida que no he vendido el día anterior no la puedo ofrecer al día siguiente, que sería el tercero. Hay platos que están casi mejor de un día para otro, pero tres días ya son excesivos».
Para Navidad, del Valle elaborará unos platos más elaborados, como pulpo con sobrasada, bogavante al Jerez o canelón de foie y setas a un precio de entre 9 y 11 euros por ración. Y tampoco faltará su comida de Navidad solidaria para los más necesitados de su pueblo.