Asoman ya los primeros caquis, también las primeras aceitunas (variedad manzanilla) en Pere Garau anunciando la llegada del otoño. De los primeros, únicamente el puesto de Margalida Ferretjans los ofrecía de producción local, concretamente de Pina y a 2,50 euros/kg, aunque imposible resistirse al precio de sus tomàtigues de ramellet, a 1,50 euros/kg, 2 euros si se compraban 2 kilos, motivado en gran parte por estas últimas lluvias que obligan a acelerar la recolección.
Las mismas lluvias de septiembre anuncian el inicio de la temporada de caracoles y con ello el regreso tras el descanso del puesto de Caragolers de Muro, cuyos bovers (11 euros/kg) se mostraban en forma con la humedad del ambiente.
Ya se puede encontrar el garbanzo de este año, de la variedad siuró petit (2,30 euros/kg) cultivado en Vilafranca por Jaume Sansó listo para consumir ahora o a largo plazo. Su cultivo en Mallorca está más extendido de lo que se puede pensar, pero su siembra responde más bien al papel de esta leguminosa en la regeneración del terreno. Lo costoso del proceso de preparación para su venta provoca que no sean tantos los payeses locales que finalmente los vendan.
En la zona de productos cárnicos nos fijamos esta semana en el puesto de casquería, donde nunca dejan de demandarse los callos de ternera (6,50 euros/kg) y, aunque sea por el nombre, capta la atención el mondongo, o lo que es lo mismo, los callos de cerdo (3 euros/kg), nos explica Jessica Rubí, de La Casquería Mallorca. El de los despojos, es un universo para muchos por descubrir, tanto por propiciar elaboraciones para mojar pan, como por su accesibilidad cuando el bolsillo cría telarañas: desde la más que sencilla cabeza de cordero (2 euros/ud) para hornear a una delicadeza como son las patas de ternera rellenas de marisco que prepara uno de sus clientes.
El mantra de menos llampuga de lo habitual y más cara –ayer no se etiquetaba por debajo de los 16,80 euros/kg– continúa una semana más, aunque es cierto que poco a poco se van viendo ejemplares un poco más crecidos. Hay quien va un poco más vivo y opta por el espetó (barracuda), a 7,90 euros/kg, un sustituto más que digno para quitarse las ganas, también frito con pimientos, por qué no en escabeche o incluso en ceviche o sashimi. Por el contrario, había puestos donde nuestro pescado de sopa por excelencia, el gerret, se podía comprar por 4,95 euros/kg.
No queremos dejar de mencionar que los amantes de los calçots con posibilidad de huerto, se pueden hacer con 2kg de grells producidos en Sant Joan y listos para sembrar por 3 euros.