La pizza es un alimento que suele gustar tanto a mayores como a pequeños, ya que ofrece una infinidad de posibilidades en cuanto a sus ingredientes. De este modo, es difícil encontrar a alguien a quien no le guste este preparado típico de Italia.
Lo normal en España es comer la pizza en casa o en los locales y restaurantes especializados en esta comida. Así, es común partir las pizzas en porciones, normalmente, en triángulos. Sin embargo, esta no es la mejor forma de comer pizza, según el conocido cocinero napolitano Enzo Coccia.
Según este reputado cocinero, tradicionalmente, la pizza es un plato que se ha comido siempre por la calle y con las manos. Las pizzas napolitanas son más finas y llevan pocos ingredientes, por lo que se suele comer de forma individual. De este modo, la pizza no se corta, sino que se dobla o se pliega en cuatro partes.
Esta forma de doblar la pizza para comerla sin partirla se conoce como «a portafoglio», y consiste en doblarla en cuatro, es decir, a la mitad y, después, volverla a doblar otra vez a la mitad, quedando en forma de triángulo.
Las ventajas de comer así la pizza son, en primer lugar, que el tomate queda en el centro, por lo que no se derrama nada ni se caen el resto de ingredientes, algo que sí suele suceder al partir la pizza en porciones. En segundo lugar, la pizza empieza a comerse por los bordes, de menos a más, evitando las quemaduras con los ingredientes más calientes.
Esta forma de envolver la pizza permite comer todos los ingredientes a la vez, por lo que se saborea mejor. Sin embargo, esto solo es válido para las pizzas suficientemente finas y no tan recargadas de ingredientes, es decir, tiene que ser una pizza tradicional napolitana.