El consumo de algas se ha convertido en una de las tendencias de alimentación en los últimos años debido, principalmente, ya que apenas contienen calorías y tienen importantes propiedades nutricionales. Aportan proteínas, vitaminas y fibra, y contienen minerales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo como calcio, zinc, hierro o magnesio.
No obstante, tal y como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), podrían tener efectos perjudiciales al contener cadmio, un metal pesado que puede provocar problemas de salud.
La OCU recoge la advertencia de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria sobre los riesgos que implica el consumo en exceso de algas y suplementos, ya que la ingesta de cadmio «puede producir náuseas, acumularse en el riñón y provocar fragilidad ósea».
Además, este metal pesado está catalogado como carcinogénico en seres humanos por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). En este sentido, la normativa europea ha establecido los límites de cadmio en algunos productos alimenticios como carne, pescado o cereales.
Sin embargo, en el caso de las algas «aún no existe un máximo legal, aunque la Unión Europea ya está considerando establecer límites para el cadmio y otros metales como arsénico y plomo», subraya la OCU. Por esta razón, la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria advierte que los niveles de cadmio son bastante elevados en algas como el wakame o en especies de algas rojas.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha limitado la ingesta semanal tolerable de cadmio de 2,5 µg/Kg de peso corporal, «que es la máxima cantidad que puede ingerir una persona semanalmente durante toda su vida sin manifestar efectos adversos», tal y como recoge la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).