Huevos, patatas, sal y aceite. Solamente con estos ingredientes básicos de la cocina mediterránea se puede hacer el plato típico por excelencia en España: la tortilla de patatas.
Aunque solamente se necesitan esos ingredientes presentes en todas las cocinas, a veces su elaboración se puede ver truncada en algunos puntos, sobre todo, a la hora de dar la vuelta a la tortilla.
Una vez que se consigue, mediante práctica, la técnica perfecta para dar la vuelta a la tortilla, ya no hay trucos que valgan. Normalmente, las personas que tienen soltura en la cocina son capaces de darle la vuelta de forma que parece fácil hacerlo.
Sin embargo, las personas que no son muy aficionadas a la cocina o que no suelen cocinar tortilla de patatas, saben perfectamente que se un paso de la receta que entraña dificultades: el aceite caliente, la tortilla que todavía está sin hacer y se rompe, los restos que se caen por los bordes de la sartén...
Dar la vuelta a la tortilla en el momento adecuado puede ser el paso importante que haga que se consiga un resultado perfecto o que, por el contrario, la tortilla no quede con el aspecto deseado.
Una primera recomendación es usar una espátula de madera para despegar la tortilla de la sartén, introduciendo la espátula por los bordes. Hay que hacerlo despacio, sin romper la tortilla.
Después, aunque existen tapas y otros elementos específicos para dar la vuelta a las tortillas, se puede usar la tapa de la sartén, si es un poco cóncava, o un plato, teniendo en cuenta que este siempre debe ser más grande que la sartén.
Hay quien usa una segunda sartén, pero no es necesario. Como truco final, se puede lubricar la tapa o el plato usado para dar la vuelta a la tortilla con un poco de aceite, de modo que no se queden restos pegados a la hora de devolver la tortilla a la sartén ya dada la vuelta.
En este punto, lo más importante es volcar la tortilla con decisión y con cuidado de que el aceite o el huevo calientes caigan sobre el brazo o la mano.