El brócoli o brécol es una planta de la familia de las brasicáceas, a la que pertenecen otras verduras como las coles de bruselas o la coliflor, que se caracteriza por su particular color verde y por sus cabezas florales en forma de árbol. Esta verdura se desarrolla durante el invierno y puede cosecharse durante la primavera y comienzos del verano, tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Sin duda, tiene un gran valor nutricional por su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales. Este alimento apenas tiene calorías (cerca de 38 kcal por cada 100 gramos de ración comestible) y está compuesto principalmente por agua (90,3g). Además, posee un alto nivel de proteínas (4,4g) y reducido en lípidos (0,9g).
El brócoli es fuente importante de vitamina C, esencial para el organismo, y folatos, lo que le otorga propiedades antioxidantes para proteger a las células frente a los efectos nocivos de los radicales libres. Respecto a los minerales, aporta una gran cantidad de potasio, «el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos», destaca la FEN.
Por otra parte, contiene una importante cantidad de azufre, «que le confiere propiedades antimicrobianas e insecticidas, además de ser responsable del fuerte olor que desprenden estas verduras durante su cocción». Cabe destacar, por su parte, su alto contenido en betacarotenos y sustancias fitoquímicas entre las que destaca el sulforafano y el indol-3-carbinol.
Esta verdura ayuda a mejorar la hipertensión arterial y a eliminar el colesterol malo de nuestro organismo, lo que es clave para la prevención de determinadas enfermedades de carácter cardiovascular. Otros de los beneficios para la salud de esta verdura, según la Asociación para Promover el Consumo de Brócoli.