España se prepara para una importante reforma en el sistema de retiro que cambiará la forma en que los pensionistas pueden reincorporarse al mercado laboral. La tradicional jubilación flexible, vigente desde 2002 y criticada por su complejidad, está siendo sustituida por una propuesta denominada «jubilación reversible», que busca facilitar la compatibilidad entre el cobro de la pensión y la actividad laboral.
Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ya ha puesto en marcha el proceso de diálogo social con sindicatos y asociaciones empresariales para diseñar un modelo que simplifique los procedimientos actuales y permita un tránsito más gradual hacia la jubilación completa, eliminando las rigideces que dificultan a muchos pensionistas continuar trabajando.
El sistema vigente obliga a que la pensión se reduzca proporcionalmente con la jornada laboral parcial, lo que disuade a los pensionistas que desean complementarla con un salario. La nueva fórmula tratará de evitar ese efecto, facilitando que los jubilados que decidan reincorporarse no vean mermados sus ingresos de manera tan estricta.
La nueva propuesta para compatibilizar trabajo y pensión
El borrador enviado a los agentes sociales plantea varios requisitos claves para acogerse a esta denominada jubilación reversible:
- Pensionistas con cese definitivo: Se exigirá haber estado recibiendo una pensión contributiva y haber cumplido la edad legal o anticipada conforme a los coeficientes establecidos.
- Oferta de empleo compatible: Se requerirá que el contrato de trabajo sea compatible con la salud y la capacidad del pensionista para garantizar que su incorporación no suponga un riesgo o esfuerzo excesivo.
- Comunicación previa a la Seguridad Social: Será necesaria una declaración formal de la actividad laboral y la presentación de la documentación correspondiente del empleador antes de reincorporarse.
- Topes en ingresos combinados: La suma entre salario y pensión podría tener un límite para evitar que se reciben ingresos excesivos que perjudiquen la sostenibilidad del sistema, aunque esta medida está aún en discusión.
Este esquema apunta a dotar de mayor flexibilidad y transparencia al proceso de reenganche laboral tras la jubilación, facilitando la conciliación de los ingresos y evitando las ataduras del mecanismo anterior.
La necesidad de un modelo más atractivo
La jubilación flexible lleva más de dos décadas en vigor en España, y a lo largo de estos años ha mostrado sus limitaciones. Aunque se pensó para incentivar una salida progresiva del trabajo, el requisito de proporcionalidad entre horas trabajadas y reducción de la pensión ha hecho que muchos retirados prefieran no volver a la actividad.
Por tanto, el Ejecutivo busca ahora un modelo que facilite un enlace más gradual entre empleo y retiro pleno, alineado con los cambios demográficos y laborales actuales. Según la Seguridad Social, el salto de trabajar a dejarlo todo de golpe es en España «demasiado brusco», lo que puede generar efectos negativos tanto económicos como personales para los mayores de 60 años.
Además, la jubilación reversible se enmarca dentro del paquete de medidas para promover el alargamiento de la vida laboral, con incentivos que se empezaron a trabajar en reformas anteriores de 2024-2025 y que buscan estabilizar el sistema de pensiones ante la llegada masiva de la generación del baby boom al retiro.
Veo el futuro muy negro. Ni vamos a tener pensiones dignas porque los que venían a pagárnoslas consumen más recursos públicos de lo que contribuyen, ni vamos a tener una sociedad segura porque esas mismas personas y sus hijos nos habrán convertido en tercer mundo.