Despertarse en medio de la noche con la ropa y las sábanas mojadas es una molestia que, según diversos estudios, afecta a cerca de un 15% de la población en España durante los meses más calurosos. Aunque suele asociarse al clima veraniego, el sudor nocturno puede revelar que el cuerpo está tratando de decirnos algo más que combatir el calor. Este artículo repasa causas frecuentes y menos conocidas, aporta recomendaciones expertas y analiza cuándo conviene ver a un médico.
El fenómeno de los sudores nocturnos va más allá del simple calor ambiental o una noche cálida; implica episodios de transpiración excesiva que interrumpen el sueño, empapan la ropa de cama y dificultan el descanso. Es importante diferenciar entre sudar ligeramente al dormir y estos episodios en los que la sudoración es tan intensa que ocasiona incomodidad e incluso provoca múltiples despertares nocturnos.
Causas habituales
Llegado el verano, muchas personas en España experimentan sudores nocturnos debido a las altas temperaturas, la humedad y el uso de tejidos poco transpirables. Ropa de cama pesada, mantas sintéticas y pijamas de poliéster son enemigos habituales de quienes quieren dormir frescos. Además, las habitaciones poco ventiladas, comunes en algunas zonas urbanas, agravan el problema.
Sin embargo, el ambiente cálido no es la única explicación. Otros factores que pueden multiplicar la sudoración nocturna incluyen:
- Infecciones: La fiebre asociada a infecciones víricas o bacterianas puede desencadenar episodios de sudoración excesiva durante la noche.
- Cambios hormonales: Etapas como la menopausia, el embarazo o desajustes hormonales en hombres y mujeres suelen traducirse en oleadas de calor y sudoración.
- Efectos secundarios de medicamentos: Algunos fármacos, como los antidepresivos y antipiréticos, pueden tener como efecto adverso la sudoración nocturna.
- Problemas médicos: Enfermedades como la diabetes, la apnea del sueño o trastornos de tiroides tienden a estar asociadas a una mayor sudoración durante la madrugada.
Según la Sociedad Española de Sueño, cuando los sudores nocturnos son persistentes y sin causa aparente, conviene consultar con un especialista.
¿Qué hacer para evitar los sudores nocturnos?
Existen medidas sencillas que pueden ayudarte a reducir la sudoración nocturna. Desde elegir textiles adecuados, hasta modificar hábitos alimenticios, estos consejos prácticos pueden marcar la diferencia:
- Utiliza ropa de cama ligera: Las sábanas de algodón o lino facilitan la transpiración y evitan la acumulación de calor.
- Prefiere pijamas de fibras naturales: Algodón o bambú, frente a materiales sintéticos, pues retienen menos humedad.
- Ventila el dormitorio: Renovar el aire media hora antes de acostarse y emplear ventiladores o aire acondicionado si es necesario mantienen la temperatura estable.
- Evita comidas pesadas y bebidas estimulantes: El alcohol, café, tés y comidas copiosas activan el metabolismo y pueden aumentar la producción de sudor.
- Hidratación adecuada: Mantener una adecuada ingesta de agua durante el día ayuda a que el cuerpo regule mejor la temperatura de noche.
Cada caso es diferente, por lo que puede ser útil anotar en un diario cuándo surgen los episodios y en qué circunstancias. Esta información facilitará la labor del médico si es necesario. Si tras aplicar estos cambios persisten episodios de sudoración nocturna, es fundamental acudir a un profesional de la salud. Algunas afecciones graves pueden manifestarse a través de este síntoma. Por ejemplo, los trastornos de tiroides suelen alterar la termorregulación corporal; la apnea del sueño produce microdespertares que activan el sudor; algunas infecciones crónicas, como la tuberculosis, presentan sudores nocturnos notables. La detección precoz y el adecuado diagnóstico pueden evitar complicaciones mayores y mejorar la calidad del sueño y la vida diaria.