El 23 de abril no es solo una fecha más en el calendario. Es un día cargado de cultura y simbolismo, donde se unen tradición y modernidad bajo la leyenda de Sant Jordi y la celebración del Día del Libro. Esta jornada única teje una historia que parte de mitos medievales y transcurre hasta enaltecer la literatura como una de las mayores expresiones del ser humano. Entonces, ¿qué hace que este día sea tan especial?
La historia transcurre en un pequeño pueblo medieval acosado por un amenazante dragón. Según la vieja leyenda, cuando los aldeanos se vieron sin más ganado que ofrecer a la bestia, recurrieron a un sorteo para decidir qué habitante serviría de sacrificio. La mala fortuna cayó sobre una princesa, pero justo antes del sacrificio, el valeroso caballero Jordi apareció para desafiar al monstruo. Tras un feroz combate, mató al dragón y del charco de su sangre brotó un rosal, sellando el momento con una rosa roja, simbolizando la pasión y la valentía. Así, se estableció la tradición de regalar una rosa, especialmente a las mujeres.
El Día del Libro: más allá de una celebración literaria
En 1995, la Unesco instituyó que el 23 de abril sería el Día Internacional del Libro. Esta decisión se encaminó a promover la lectura y el amor por los libros, escogiendo la fecha por coincidir con el fallecimiento de dos iconos literarios: William Shakespeare y Miguel de Cervantes. No obstante, la muerte de ambos el mismo día es más un mito. Cervantes falleció el 22 de abril de 1616 (fue enterrado el día 23), mientras que la muerte de Shakespeare, según el calendario juliano usado entonces en el Reino Unido, se registró el 23 de abril, que equivaldría al 3 de mayo en el calendario gregoriano vigente en la mayor parte de Europa.
Un viaje al pasado: el origen de regalar libros
El hábito de regalar libros forma parte de esta tradición desde 1929, cuando el Gremi de Llibreters de Barcelona promovió la venta literaria, inicialmente pensado para el 7 de octubre. Pero fue en 1931 cuando decidieron sincronizarlo con Sant Jordi, creando así un potente símbolo cultural y comercial. Al maridar las leyendas de caballeros y dragones con la pasión por la lectura, Barcelona y otras ciudades ibéricas transformaron esta tradición en un fenómeno masivo.
Regalar rosas y libros no solo simboliza amor y reconocimiento mutuo en las relaciones personales, sino también una profunda conexión con la historia y la sociedad. La rosa roja con una espiga de trigo es un sello de amor eterno y deseos de prosperidad. En el trajín por las calles de España, los libros son vehículos de sueños, historias y conocimientos, intercambiados como preciados tesoros entre amigos, familiares y amantes. Esta sinergia entre el romanticismo de los mitos y la riqueza cultural de los libros continúa inspirando a generaciones.
El 23 de abril se convierte así en un canto a la palabra escrita y una reverencia a las historias imperecederas. Con dragones vencidos y héroes victoriosos, la celebración de Sant Jordi en España es una fusión de tradición, literatura y amor, contribuyendo a perpetuar un día que trasciende el tiempo y las fronteras culturales.