Es habitual encontrarse en la calle con un perro guía, animales entrenados específicamente para asistir a personas ciegas o con discapacidad visual severa. A menudo, estos perros llevan un arnés distintivo que indica claramente su función. Sin embargo, muchas personas no conocen el protocolo adecuado para interactuar con ellos, lo que puede generar situaciones peligrosas o incómodas tanto para el animal como para su usuario. Desde la ONCE, se han dado recomendaciones claras para actuar de manera correcta cuando te encuentres con un perro guía.
Primero y ante todo, es importante recordar que un perro guía está realizando una tarea crucial: asistir a una persona que depende de él para moverse de manera segura. Esto significa que cualquier distracción que sufra el perro puede poner en riesgo a la persona ciega. Por ello, la ONCE subraya que, bajo ninguna circunstancia, se debe distraer, llamar o acariciar al perro mientras está en pleno ejercicio de sus funciones. Aunque puede resultar tentador interactuar con estos animales, hacerlo sin tener en cuenta el contexto puede desorientar al perro y provocar que pierda el enfoque de su trabajo, lo que podría derivar en accidentes.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la posición en la que suele caminar el perro guía. Normalmente, el animal se coloca a la izquierda de la persona ciega, siguiendo siempre una trayectoria que le permite guiarla de forma eficiente. Si en algún momento deseas ofrecer asistencia a la persona ciega o darle alguna indicación, lo más adecuado es dirigirte por su lado derecho. De esta manera, evitarás interrumpir la comunicación y el vínculo que tiene con su perro guía. Hablar o tocar al animal directamente podría desconcentrarlo, por lo que es mejor siempre dirigirse al usuario.
Si te encuentras con una persona ciega en algún sitio, como una parada de transporte público o un paso de peatones, es especialmente importante seguir un protocolo claro. Lo más habitual en estas situaciones es que el perro esté a la espera de indicaciones de su dueño, y cualquier intento de acariciarlo o jugar con él sin permiso puede alterar este proceso. En caso de que desees interactuar con el perro, la ONCE recalca la importancia de preguntar primero a la persona ciega. Solo si la persona te autoriza, será seguro y adecuado interactuar con el perro. Preguntar siempre es la mejor forma de evitar malentendidos o generar situaciones incómodas.