El cambio de hora es una práctica que se realiza dos veces al año en España, con el objetivo de aprovechar mejor la luz natural y ahorrar energía. Sin embargo, desde hace algunos años, se viene debatiendo su posible eliminación en toda la Unión Europea, incluyendo España. La discusión se intensificó en 2018 cuando la Comisión Europea propuso acabar con el cambio de hora bianual, permitiendo a cada país elegir si mantener el horario de verano o el de invierno de manera permanente.
La normativa actual, que está reflejada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), establece las fechas para el cambio de hora en los próximos años. En general, se realiza el último domingo de marzo y el último domingo de octubre. El objetivo original de este ajuste era ahorrar energía, pero los estudios más recientes han cuestionado la eficacia de esta medida, argumentando que el ahorro energético es mínimo y que puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar de las personas.
El proceso para dejar de cambiar la hora no ha sido sencillo. A pesar de que la Unión Europea ha apoyado esta iniciativa, no ha habido consenso entre los países miembros sobre qué huso horario mantener, y algunos expertos debaten sobre qué opción sería más beneficiosa para la población.
En el caso de España, el debate se ha centrado en si el país debería adoptar permanentemente el horario de verano o el de invierno. Cada opción tiene ventajas y desventajas: mientras que el horario de verano permite disfrutar de más horas de luz por la tarde, el horario de invierno se considera más saludable para el ciclo natural del sueño.
Hasta que se tome una decisión definitiva, España continuará con el cambio de hora tal como está establecido en el BOE. Las próximas fechas para el cambio de horario ya están fijadas y se mantendrán hasta al menos 2026, lo que indica que, por ahora, la rutina de adelantar y atrasar el reloj seguirá siendo parte de la vida cotidiana en España.