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DETECCIÓN

Cáncer de mama: ¿Por qué es tan importante autoexplorarse el pecho?

Un tratamiento precoz de la enfermedad beneficia a la supervivencia de las mujeres que lo padecen, por ello se recomienda someterse a controles anuales desde los 40 años

Cáncer de mama: ¿Por qué es tan importante autoexplorarse el pecho? | Andrea Piacquadio

| Palma |

El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes en mujeres de todo el mundo. Una de las formas más eficaces de detectarlo en sus primeras etapas y aumentar las posibilidades de tratamiento exitoso es la autoexploración regular del pecho. Conocer tu cuerpo y ser consciente de cualquier cambio puede ser la clave para detectar a tiempo cualquier anomalía. Un gesto de menos de cinco minutos puede salvarte la vida. Un tratamiento precoz de la enfermedad beneficia a la supervivencia de las mujeres que lo padecen, por ello se recomienda someterse a controles anuales desde los 40 años.

¿Por qué es importante la autoexploración? La autoexploración mamaria es un examen que una mujer puede hacer en casa para buscar cambios o problemas en el tejido mamario. Realizar regularmente este examen permite a las mujeres conocer cómo se sienten sus pechos normalmente, lo que facilita la identificación de cualquier anomalía o cambio. Normalmente se debe realizar una vez al mes, después de haber concluido la regla. Las mujeres que ya han superado la menopausia pueden fijar un día concreto al mes para llevarla a cabo. Es importante diferenciar que los bultos que se pueden detectar no necesariamente tienen que ser malignos, como es el caso de los momas, calcificaciones o quistes.

Pasos para realizar la autoexploración del pecho:

  1. Ante un espejo: Comienza observándote frente a un espejo con los brazos a los lados. A continuación, levanta los brazos y busca cualquier cambio en la forma, color, tamaño o textura de tus pechos y pezones. También observa si hay secreciones de los pezones, piel con aspecto anaranjado o escamoso, hoyuelos, pliegues.

  2. De pie o sentada: Utiliza las yemas de tus tres dedos del medio y realiza movimientos circulares para palpar todo el pecho. Hazlo desde el exterior hacia el centro, asegurándote de cubrir desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen, y desde la axila hasta el esternón.

  3. Tumbada: Al acostarte, el tejido mamario se dispersa de manera uniforme. Coloca una almohada bajo el hombro derecho y tu mano derecha detrás de la cabeza. Con los dedos del medio de la mano izquierda presiona suavemente pero con firmeza, haciendo pequeños movimientos para examinar el pecho derecho. Repite el proceso en el pecho izquierdo.

  4. Comprobación del pezón: Presiona suavemente el pezón y busca secreciones. Observa si hay retracciones o cambios en su forma.

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