Las plantas de exterior, por lo general, son más sencillas de cuidar que las de interior, ya que están preparadas para aguantar condiciones más extremas y sus necesidades se limitan a un riego adecuado, unas horas de luz suficientes y una poda correcta.
Así, podar las plantas de exterior es una de las tareas que se tendrán que llevar a cabo del modo adecuado y teniendo en cuenta los tiempos, es decir, conociendo cuál es el momento idóneo para realizar esta tarea.
Cada una de las especies de plantas requieren unos cuidados, por lo que la poda va a ir en consonancia con los periodos de floración y otras características propias de cada planta.
Por lo general, para la mayoría de las plantas es recomendable hacer la poda a finales de los meses de invierno, ya que las plantas no están todavía en periodo de crecimiento o floración.
Así, es preferible podar todas las plantas cuando no están en crecimiento activo, pero justo antes del periodo en el que lo van a hacer, facilitando su recuperación. En cuanto a este tema de la floración y dependiendo del tipo de planta, se pueden seguir las siguientes normas:
Por otro lado, muchas de las plantas del jardín, las de hojas perennes, solamente necesitan hacer la poda de mantenimiento, es decir, de vez en cuando coger las tijeras y eliminar aquellas hojas que ya estén marchitas o secas. Por su parte, las de hoja caduca deben podarse en invierno, aprovechando que en esa época no están en activo.