Cuando cualquiera de nosotros visita una casa lo primero que nos llama la atención es su belleza; la armonía de sus espacios, la amplitud, el estilo decorativo, si resulta luminosa y ordenada. Los expertos, en cambio, van mucho más allá de las apariencias y se fijan también en «los huesos», el esqueleto del edificio y sus funcionalidades.
Por eso esta vivienda recién construida en Sant Llorenç des Cardassar cautiva por igual a todo el mundo, puesto que detrás de su evidente belleza se esconde un plus irresistible: es totalmente ecológica, alcanza la calificación energética A.
La casa ha sido diseñada por la arquitecta Maria Magdalena Fons Gayá, el aparejador Joan Brunet y el decorador Rafel Fullana, bajo el amparo de la compañía especializada en construcción pasiva industrializada Arquima. La vivienda, de casi 150 m2 –salón, tres dormitorios, cocina, baño y sala de máquinas y lavadero–, posee una estructura de entramado ligero de madera, que solo llevó tres días construir. Los muros de la fachada llegaron a la Isla en ferri desde Barcelona.
Los materiales y los sistemas de recuperación de calor de doble flujo logran mantener el interior en situación de confort con un ahorro en climatización del 80 por ciento.