La tendencia llegó hace casi tres años y, lejos de diluirse como una moda pasajera más en decoración, parece que se va a quedar durante una buena temporada. Si los marcos de puertas de cristal, mamparas y ventanas fueron durante siglos predominantemente de madera, la irrupción del aluminio, más barato, ligero y fácil de trabajar, provocó la sustitución casi total de los marcos tradicionales.
El reinado del aluminio color plata duró décadas y pronto empezó a verse como algo barato, anticuado y cutre. Vino a reemplazarlo el blanco, más grueso y de apariencia limpia y moderna. Con acabados más lujosos surgieron los tonos bronce y los que mantenían la clásica madera en el interior dejando el exterior para el metal. Después los materiales plásticos llegaron para quedarse, aportando un plus de aislamiento térmico y acústico y el mismo look blanco, limpio y neutral.
Pero hace dos años empezó a aparecer en catálogos especializados y en las revistas de decoración una nueva alternativa para quienes quieren estar a la última en tendencias decorativas: la perfilería en negro. Salida directamente de los looks industriales de los lofts neoyorquinos, esta idea traspasa fronteras y estilos para adaptarse casi a cualquier entorno.
Con perfiles sobre todo finos y con tendencia a apoderarse de la altura del suelo al techo, las ‘paredes' de cristal con perfil negro sirven para delimitar espacios y usos sin perder luz ni sensación de amplitud. En el baño aparecen en forma de mampara moderna y distinta. En salones, cocinas y estudios lo vemos en las ventanas. ¿Cómo afectan a la decoración? El negro es siempre un color muy determinante, por lo que su presencia aportará un carácter dominante. Si deseamos ambientes femeninos, dulces y románticos, olvidémonos de él. En cambio, será perfecto para gente joven y dinámica, para modernos que quieren romper moldes y para personas que prefieren lo práctico a lo tradicional.