En el sureste de la Isla, entre Cas Concos, s'Alqueria Blanca y Santanyí, se levanta esta preciosa possessió que parece transportarnos a las historias que contaba Llorenç de Villalonga en su obra Bearn o la sala de las muñecas o el mismísimo Guiseppe Tomasi di Lampedusa en la legendaria El Gatopardo. Nada más acercarse a esta propiedad campestre sorprende la tranquilidad proverbial del entorno, el olor de la naturaleza y la grandiosidad de los árboles que acumulan décadas en sus troncos y ramas. El viaje en el tiempo no ha hecho más que comenzar, porque en el exterior hay pocas cosas, por no decir ninguna, que nos remita a la modernidad, a la actualidad. El sabor añejo de las piedras, el precioso color rojizo de la fachada y las persianas clásicas nos hablan de tradición, del poso de los años, de empaque y solemnidad.
Grandes cuadros con marcos dorados, un arco de piedra que da acceso a otra zona de la casa, vigas vistas en el techo y muebles antiguos interesantes, como el reloj de pared y el arcón, nos reciben al entrar. La atmósfera no puede ser más evocadora. A la derecha, pasamos directamente al despacho, que conserva todos los elementos propios de una estancia de estas características de hace cien años. Presidido por una chimenea y el cortinaje de brocado que da paso a la siguiente sala, los muebles antiguos y las alfombras aportan un encantador aire de la Belle Epoque a todo el conjunto.
Salas
Como en la mayoría de las casas señoriales antiguas, las salas se van sucediendo una tras otra, con distintos usos propios de la vida familiar de la aristocracia de la época. Encontramos así la biblioteca, el salón y la sala de estar con una preciosa galería, espacios que cuentan, todos ellos, con chimenea. Entre libros y cómodos sofás, desde aquí se accede a una idílica galería donde disfrutar de la lectura o de las tertulias en días de lluvia. En la planta superior, cuatro hermosos dormitorios conservan el aire de principios del siglo XX gracias a un exquisito mobiliario de época, pero cuentan con un nivel de comodidad propio del siglo XXI, pues cada uno de ellos cuenta con su propio cuarto de baño. Las vistas desde las ventanas nos remiten al frondoso jardín y, más allá, a la campiña. En el tercer nivel de la casa principal se mantienen intactos los porxos, que se utilizan como almacén y trastero, pero que podrían convertirse casi en cualquier cosa, porque el espacio es enorme y tentador.
Interiores
Establos: Como todas las fincas antiguas, esta también cuenta con otra edificaciones y una parte dedicada a los animales. Los establos tienen doce boxes y picadero, ideales para la cría y doma de caballos. Hay, además, otras dos viviendas, con seis dormitorios en total, y una vaquería.
Recibidor: Vigas vistas, techos altos y un arco de piedra, además de interesantes muebles antiguos, dan la bienvenida a la casa.
Despacho: La chimenea, el escritorio y la cortina de brocado protagonizan esta estancia llena de preciosos muebles de época.
Biblioteca: La chimenea preside esta sala que se dedicaba a la lectura, con mucha luz natural por su salida a la galería.
Galería: Los días lluviosos y grises del invierno se viven de forma más agradable en espacios como este, lleno de luz.
Comedor: Magnífico conjunto de muebles Thonet de época perfectamente conservados en este coqueto y luminoso comedor.
Cocina: La gran chimenea añade calidez a la zona de comer de la cocina, que se conecta con un arco de estilo vintage.
Sala: Mobiliario de época de factura lujosa sobre una enorme alfombra y numerosos espejos de marco dorado en esta sala.
Baños: En la planta alta de la vivienda principal se distribuyen cuatro cuartos de baño en suite y abajo hay un aseo.
Cocina: La casa grande tiene cuatro grandes dormitorios decorados con lujosos muebles de época y con vistas al campo.
Ático: Como en todas las casas antiguas, el ático bajo el tejado esconde posibilidades infinitas para crear cualquier espacio.
El alzado
Superficie: 2.200 metros cuadrados
Terreno: 40.000 metros cuadrados
Lugar: Cas Concos (Felanitx)
Precio: 5.900.000 €
¿Qué la hace diferente? Una auténtica possessió mallorquina levantada hace más de cien años y que ha sabido mantenerse en la belleza y la quietud del pasado, pero a la vez incorporar elementos de confort del siglo XXI gracias a una inteligente reforma
Más información: www.porta-mallorquina.es