Antes de consumir un alimento, es fundamental comprobar su fecha de caducidad o de consumo preferente. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explica que la fecha de caducidad «indica cuándo no debe tomarse un alimento porque pone en peligro la salud». En cambio, la fecha de consumo preferente hace referencia a «la pérdida de propiedades del producto, pero no hay riesgo microbiológico».
En el vídeo, te indico un listado de alimentos que se pueden comer aunque haya pasado su fecha de consumo preferente. Puede que su sabor se modifique, pero no serán perjudiciales para la salud.
Por otro lado, hay una serie de productos que no llevan ninguna fecha en el envase o en la etiqueta: los no perecederos. Estos pueden durar bastante tiempo y no se descomponen a no ser que estén abiertos.
Un ejemplo son las bebidas alcohólicas con una graduación superior a un 10% del volumen, frutas y hortalizas frescas, vinagre, sal, azúcar o chicles, indica la OCU. En el caso de las frutas y verduras, nos tendremos que fijar en su aspecto y en el sabor: si están deterioradas, en ocasiones será suficiente con retirar las zonas dañadas y su alrededor.
Respecto a la carne y el pescado, hay que tener mucho cuidado ya que son alimentos que se ponen malos muy rápido. Si pasan la fecha de caducidad, bajo ningún concepto se deberán consumir carnes, pollo, pescado o queso fresco, porque existe la posibilidad de que sean portadores de microbios o incluso se puede llegar a sufrir una intoxicación.