Guillem Deyá (Sóller, 1962) preside el Sindicato de Riegos de Sóller desde el pasado mes de junio, cuando fue elegido para estar al frente de esta entidad centenaria. Según explica, «el Sindicato de riegos de Sóller es una de las instituciones de su tipo más antiguas de España y actualmente cuenta con unos 1.200 miembros, aunque este número no está actualizado».
El Sindicato no gestiona todas las fuentes del Valle –ya que muchas tienen su propia comunidad de regantes– pero sí que tiene a su cargo los principales manantiales, que son «las fuentes de s'Olla, na Gireta, na Lladonera y s'Ullet».
Después de unos meses al frente, Deyá recuerda «el gran trabajo realizado por mis predecesores, Miquel Soler y Josep Lluís Forteza» ya que se ha modernizado la red de acequias, una infraestructura que necesita de continuos cuidados. «El atasco de acequias y tuberías es uno de los principales problemas de mantenimiento al que nos enfrentamos», asegura. La red de acequias tiene unos 30 kilómetros de extensión.
A pesar de que el sistema de reparto del agua es el mismo desde hace siglos y los dos acequieros de la entidad son los responsables de llevarla hasta los propietarios, Deyá se plantea a largo plazo una mayor profesionalización. «Necesitaríamos contar con técnicos, como un ingeniero agrónomo o un biólogo, gente joven que entienda de aguas y un economista para la gestión económica». Sin embargo el presupuesto es muy limitado ya que «solo se nutre del convenio con la empresa del servicio municipal de aguas que solo cubre los gastos de personal y gastos ordinarios».
«De momento, –asegura–, la prioridad es conseguir un uso del agua cada vez más eficiente. Llueve de cada vez menos, como en este otoño que ha sido muy seco en el Valle, y si no llueve antes del verano tendremos problemas». Para Deyá, es «muy urgente» que Sóller pueda disponer lo antes posible de la depuración terciaria para poder usar agua depurada para el riego.
«El Ajuntamemt i la Conselleria tienen un proyecto en marcha pero antes hay que solucionar el problema de salinidad que llega a la depuradora y que si no se evita hace inviable la depuración para su posterior uso agrícola». Recuerda que el Ajuntament ya ha dado pasos para adquirir un solar para la depuración y para un estanque de riego, «pero hay que investigar y solucionar este problema de salinidad», afirma.
Actualmente los regantes de Sóller no pueden hacer uso del agua de la depuradora de Son Puça ya que el convenio ha finalizado y «porque el sistema de tratamiento no es terciario». En todo caso su reto es que «en 10 años se haya conseguido que en Sóller el regadío de naranjos y hortaliza más sea eficiente, con poco consumo, porque no habrá agua para todos». Sin embargo piensa que, en lo que se refiere al agua, «Sóller es un lugar privilegiado y desde siempre hemos sabido aprovechar bien la riqueza de agua».