Juan Nebot (Capdepera, 1967) es criador de caballos, profesor de equitación en la modalidad de salto, domador de potros y dirige la Hípica N.C. Consell, que hace unos 12 años montó en la finca de son Colom «con la idea de retirarme de tanto trabajo y dejar aquí a mis caballos mientras les encontraba un comprador que me inspirara la confianza de que los trataría bien».
El soñado retiro no ha sido tal, sino que con él ha despertado la afición a la equitación en la comarca con un modelo de club hípico sencillo y familiar que no ha parado de crecer en alumnos de todas las edades, desde niños que aún no han cumplido los tres añitos hasta adultos sin experiencia previa. Incluso jinetes que confían en su experiencia de más de dos décadas como domador y entrenador para la disciplina de salto y que han ocupado todas las plazas disponibles para pupilaje.
La pasión por los caballos se le despertó joven. «Con los primeros ahorros que tuve me compré mi primer caballo», recuerda. En su faceta como ganadero, es el único en España que se dedica a la cría de caballos para deporte español (CDE) de la raza pío. «En países como Francia, Alemania u Holanda hay mucha afición a estos caballos y cuesta encontrar buenos sementales, porque son escasos y muy caros; en Mallorca tenemos que inseminar a las yeguas, con el sobrecoste que suponen el transporte y los gastos veterinarios». Recientemente ha comprado dos sementales en Francia que son portadores de los genes que garantizan que sus descendientes salgan píos. Es decir, que no todos los sementales y yeguas píos logran gestar potros con sus mismos rasgos.
Aunque la característica más evidente para un caballo pío es la capa con manchas blancas por el cuerpo, lo que Nebot admira de esta raza «es su carácter, son muy fiables para gente que no tiene experiencia o es amateur».
Como cualquier otro ganadero, ha sufrido el impacto del aumento de precios - a veces más de un 50 por ciento - en los productos ensenciales para sus animales, como los rollos de cebada, que sus caballos consumen a diario. Lo mismo ocurre con los piensos. «Este aumento no queda otra que repercutirlo sobre el precio de los caballos».
La crisis de la COVID que tanto perjudicó a muchos, fue un revulsivo para la Hípica N.C. La gente buscó deportes que pudiera hacer al aire libre, se aficionaron a montar a caballo y aún siguen. De vez en cuando se presentan a algún concurso de salto con una filosofía clara: «Me importa más lograr que los alumnos disfruten de la relación con los caballos y de su evolución al montarlos, mucho más que ganar concursos», señala.
Juan Nebot ama a todos sus caballos por igual. «Cada uno tiene su función, para mi es tan importante el caballo que puede enseñar a montar a una persona que no sabe, como el que es capaz de saltar a 1,40 metros de altura», asegura.