Es verano y con el intenso calor es la época idónea para el consumo de frutas con cierta jugosidad, azúcares y frescor, como pueden ser el melón o la sandía. En los terrenos de Hortalizas Pascual de Manacor (adscritos a Agroilla), estas semanas están en plena recolección de la sandía, de cada una de las dos clases que producen: la de cáscara rayada y la de color oscuro. La primera es la más ‘clásica' y conocida en Mallorca, con las pepitas negras en su interior, mientras que la negra tiene una micro-pepita que muchos se comen.
La sandia ideal es que sea grande, con mucho calibre, con una textura de la carne floja pero lo suficientemente fuerte para que aguante bien la 'postrecogida', jugosa, con un nivel de azúcares adecuado (aunque, como siempre, para gustos, colores). La rayada suele pesar entre 8 y 11 kilos, mientras que la ‘negra' entre 6 y 9 kilos.
La técnica agrícola Caterina Maura explica que la campaña de recolección de este año está siendo muy similar a la de años anteriores. «La sandía quiere calor y estos últimos meses ha hecho unas temperaturas ideales. Así como otros cultivos se han resentido, la sandía lo ha agradecido y esto se nota en el sabor», explica.
Muy importante también es el momento y cómo hacer la recolección, faena que suele empezar la semana de San Juan y según la temporada se alarga hasta octubre. Hay cortadores especializados que van seleccionando, manualmente y una a una, sobre el terreno, cuáles están en óptimas condiciones. Detrás, otras personas las van colocando adecuadamente en cajas para su transporte.
Sobre el hecho de dar un golpecito a la sandía para saber si está en su punto o no, algunos entendidos apuntan que se trata de «mucha mitología; es un hecho que engaña si no se sabe mucho del tema. La experiencia es muy importante para seleccionar. Cada uno tiene su truco», apuntan.
Caterina Maura explica que la siembra de la sandía empieza a principios de marzo y van haciendo diferentes siembras periódicas, «de esta manera aseguramos que podemos servirla toda la temporada», aunque siempre tienen que estar pendientes del cielo: se puede adelantar o atrasar. Por ejemplo, si en las próximas semanas lloviera podría perjudicar la temporada, incluso la acortaría.
Para una buena producción hay que tener presentes tres pilares: un buen riego (que tenga agua en cantidad); una fertilización adecuada y prestar atención a las plagas o enfermedades con un buen tratamiento fitosanitario.
Respecto a la tierra, no tiene muchos secretos, y sirve la misma que para muchos otros cultivos. En ésta de la zona de Manacor donde está la plantación es buena, no tiene que ser ni muy arenosa ni muy arcillosa, los dos extremos tienen sus inconvenientes. Para una buena producción, la tierra necesita una rotación de cultivos y un descanso. Así, la próxima anyada será mejor.