El pastor Miquel Adrover maneja un importante rebaño de ovejas desde hace más de 40 años. Gracias a este trabajo, los últimos años es conocido y reconocido por su participación –y ganador– en numerosos concursos de cans pastors guiando a sus canes ante la guarda de ovejas. Miquel, es una persona muy activa. Hace unos cinco años, junto a otro agricultor de la comarca felanitxera, tuvieron la iniciativa de incorporar a sus rebaños algunos ejemplares de oveja Dorper, una raza ovina originaria de Sudáfrica, que tienen la peculiaridad que la lana se les va por si sola cuando llegan los meses de calor. «No es necesario esquilarlas porque se les cae de manera natural. Se restriegan por un algarrobo o almendro y la pierden», explica Miquel.
Luego, les empieza a crecer –como al resto de ovejas– y cuando llega el invierno vuelven a tener la cubierta de lana. «Son de lana corta no larga como las de aquí», comenta. Las hay de dos clases, de cabeza negra y otras blanca. Son de piel gruesa. Otra de las particularidades que destaca el pastor es que tiene una dentadura muy dura; se lo come todo: mata, cardos, ortiga, ideal para quién quiere limpiar de forma natural un terreno. Además son muy cárnicas. En el momento de despellejarlas, van a la mitad o más de rendimiento: si un cordero hace unos 24 kilos, éste hace unos 12 de canal, y esto es muy rentable para el ganadero, y la carne es de muy buena calidad.
También dicen que no son estacionarias a la hora de criar. Las europeas quieren parir cuando en el terreno hay pasto –que haya verde– y puede ser que en verano les cueste criar. En cambio, esta raza, cada 17 días se ponen en celo y no necesitan que esté verde. Su raíces sudafricanas, de tierras muy áridas, hace que se adapten muy bien a cualquier clima. En Mallorca no hay muchos ejemplares. «La curiosidad me impulsó a importarlas, pero son muy caras. Fue como un capricho. No es rentable su explotación por su coste».
«Posiblemente cuando haga años que estén aquí, sea otra cosa», explica Miquel Adrover. A la pregunta de si en un futuro podría sustituir a la oveja mallorquina, Miquel duda: «No lo sé». Pero sus ganas de probar e innovar, le ha llevado a probar de crear una especie de raza nueva, cruzando Dorper con Romanov y otra raza para conseguir una oveja que sea cárnica, con una dentadura muy fuerte (barruda), que no tenga lana y que sea clapada «me gustan clapadas» –dice–; o sea, que sea muy rústica. «Veremos que saldrá», comenta. Los corderitos ya han nacido. Esperaremos que crezcan. Dentro de unos meses informaremos.