En el marco de la Setmana de la Biodiversitat Cultivada (organizada por la Associació de Varietats Locals) que se celebró el pasado mes de octubre en la isla, se preparon distintos actos. Para ello llegó a Mallorca Marc Badal Pijoan, coordinador del proyecto Nekazal kultura eskoletara.
Badal indica que «se trata de una iniciativa impulsada desde tres instituciones públicas que actúa en la provincia de Gipuzkoa: Landaola (Federación de las asociaciones de desarrollo rural de Gipuzkoa); Ingurugela (servicio del Departamento de Educación del Gobierno Vasco que asesora a las escuelas en materia de Agenda 21 escolar) y Fundación Cristina Enea (divulgación, sensibilización y formación en temas ambientales. Fundación del Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa)».
El trabajo que realiza Badal y que explicó en la jornada de educación ambiental del Centre Flassaders, «son experiencias de agroecología escolar que trabajan con variedades locales». «La agroecología puede tener su espacio en los huertos escolares. Con el proyecto ahora estamos empezando el cuarto curso escolar. En total, en algún momento u otro han participado unas 30 escuelas». Esta iniciativa quiere servir para reducir el espacio de asfalto o cemento en los centros educativos y dar a conocer a los alumnos la procedencia de las semillas o de los alimentos.
Marc Badal indica que «entre las diferentes actividades que realizamos, tenemos dos propuestas de trabajo con las escuelas relacionadas con las variedades locales: una actividad de prospección y la introducción de variedades locales en los huertos escolares con el objetivo de reproducir semillas y, poco a poco, consolidando una red de semillas escolares». La Jornada d'Educació Ambiental se iniciará a las nueve de la mañana y contará con las experiencias de los huertos de los colegios de Sant Jordi y de Binissalem.
Aprovechando su visita a la Isla, Marc Badal también presentó su libro Vidas a la intemperie. Nostalgias y prejuicios sobre el mundo campesino. «El libro, por resumirlo en una frase sería un repaso a los tópicos que desde el pensamiento culto se han utilizado para describir el mundo rural. Tópicos denigrantes, pero también idealizadores».
En su libro Badal ve como «la gente del campo nunca ha escrito su historia. Siempre han sido otros, normalmente hombres, blancos, de clase media–alta, cultos, etc, los que nos han explicado cómo era el mundo rural y su gente. En sus textos, pero, más que hablarnos de esa realidad (cosificadas, objetivada, caricaturizada, estigmatizada) lo que han hecho es hablarnos de sus prejuicios». Vidas a la intemperie también nos habla de algunas de las consecuencias de la extrema artificialización que están sufriendo las actividades agrarias.