El Hotel Saratoga acogió la muestra de obras del escultor Ernesto Rodríguez bajo el título Belcebú. Un trabajo que establece un vínculo entre el figurativismo formal de sus piezas y la dualidad del comportamiento humano, un claro alegato contra el maniqueísmo, relativizando lo que la convención social entiende por ‘la maldad' y convirtiendo nuestros actos en pequeñas figuras cargadas de inocencia que recorren las escaleras que bajan al infierno o suben al cielo. En esta serie de nuevo hace uso de sus estudios anatómicos, pero descompone las figuras y las perfora con ventanas y balcones, llenándolas de recorridos internos y externos, para representar las miserias y las alegrías del alma en un universo en el que pecado y virtud intercambian papeles.
Ernesto Rodríguez, entre el ángel y demonio
El artista expuso junto a las obras de Ivan Spanó
E. Planas | Palma |