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Concha Velasco celebra sus 75 años en el programa «Cine de barrio»

La actriz vallisoletana Concha Velasco durante una entrevista. | Efe

| Madrid |

Las chicas yeyé eran jóvenes, vitalistas y muy sonrientes, y Concha Velasco ha sabido conservar ese espíritu, incluso ahora que cumple 75 años, y ser reconocida como un emblema del cine y el teatro español, pero todavía con ganas de trabajar y dar guerra bajo los focos del mundo del espectáculo.

Porque la vida de Velasco (Valladolid, 1939) no puede entenderse sin los escenarios o las películas y por eso celebrará este sábado su cumpleaños en la pequeña pantalla con una emisión especial de «Cine de barrio», que contará con invitados especiales y alguna sorpresa y en la que se emitirá la película «En un lugar de La Manga».

Pese al aniversario, no ha sido un año fácil para la actriz y cantante, que desveló este 2014 que luchaba contra un linfoma del cual fue operada en junio.

A la vuelta de las vacaciones, Velasco retomó sus actividades con ganas, tanto en «Cine de barrio» como en los escenarios, donde estrenó la obra «Olivia y Eugenio», que todavía permanece en cartel en Madrid.

En una entrevista en octubre, Velasco reconoció que sigue trabajando, porque lo necesita «para vivir, y es una maravilla poder hacerlo», aunque admitió que no lo hará de forma indefinida.

«Morir en el escenario es una falta de educación. Eso de que el espectáculo debe continuar no es cierto; hay que saber suspender e irte a tu casa a morir», dijo en aquella ocasión.

Pocos retos le pueden quedar a una actriz y cantante que lo ha sido prácticamente todo en el mundo del espectáculo: la chica yeyé y también de la Cruz Roja fueron sólo algunos de los primeros rostros que mostró al público.

Su debut artístico fue con diez años (alguna vez contó que con su primera participación consiguió una matrícula de honor y una cuenta con 75 pesetas), pero el éxito le llegó en el cine gracias a películas como «Las chicas de la Cruz Roja» (1958) e «Historias de la televisión» (1965).

Gracias a estas comedias ligeras, Conchita Velasco, como la llamaban entonces, pasó a ser una de las actrices y cantantes más populares y también muy conocida como chica de revista. Además, supo estar al lado de actores tan conocidos como Manolo Escobar o Tony Leblanc.

El paso al drama vino más adelante, con filmes como «Pim, Pam, Pum... ¡Fuego!» (1975) dirigida por Pedro Olea, que fue uno de sus grandes valedores, pero ni de lejos el único realizador famoso con el que ha trabajado, ya que los colecciona como cartas en la baraja: Luis García Berlanga, Mario Camus, David Trueba, José Luis Sáenz de Heredia o Fernando Fernán Gómez figuran en su hoja de servicios.

También en la televisión dejó su sello, con una memorable interpretación en «Teresa de Jesús» (1984), aunque hasta muy recientemente ha seguido trabajando en series como «Herederos», «Gran Hotel» o «Motivos personales».

Como cantante, su voz estará siempre unida a los años 60 de «La chica yeyé», aunque también cosechó un enorme éxito en la década de los 80 con el espectáculo musical «¡Mamá, quiero ser artista!».

Con semejante currículum, son muy numerosos los reconocimientos que ha recibido Velasco a lo largo de su carrera, como el Premio Nacional de Teatro (1972), el Premio Málaga del festival de cine de esta ciudad (2008), la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo (2009) o el Premio Ondas (2012).

Sin embargo, siempre le quedó una espinita clavada: no haber recibido un Premio Goya, al que era clara candidata en 1996 con «Más allá del jardín», pero que finalmente no ganó. En 2010 la Academia le entregó su premio de honor y exclamó sin disimulo: «¡Por fin tengo en mis manos un Goya!».

Orgullosa de su carrera y consciente de todo lo que ha logrado, Velasco no olvida que sigue siendo aquella muchacha de Valladolid, pero de bajarse del escenario, ni hablar, tal y como dijo en 2013 con su desparpajo característico: «¿Retirarme yo? ¡Me quedan tantos personajes por hacer!».

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