La lluvia que terminó cayendo no empañó la boda de Ángel Cristo y Ana Herminia, este pasado jueves en la ermita de Santa María, dentro de la finca La vega de Henares, cerca de Madrid, la misma donde se casó Belén Esteban con Miguel Marco.
Aunque la pareja tiene una exclusiva, que le llevó a prohibir a los 130 invitados que portaran consigo móviles, se han ido conociendo algunos detalles del enlace entre el hijo mayor de Bárbara Rey, de 43 años, y de su novia desde hace dos años, Ana, que se ha erigido en defensora de su ya marido en el contencioso que mantiene con su madre y hermana, Sofía, con muchas denuncias cruzadas.
Por ejemplo, la boda no tuvo un banquete al uso, sino que fue un cóctel de pie (con mesas diseminadas y sillas para descansar) a base de pescados, marisco y arroces, preferentemente. Para recordar el origen venezolano de Ana Herminia, también ha habido arepas - hecho con masa de maíz seco molido o de harina de maíz precocida que se puede rellenar según el gusto- y también jamón ibérico La barra libre que anima toda boda duró cuatro horas.
Los novios han llegado antes que los invitados, ya que se han vestido en la finca. La primera en presentarse fue Ana Herminia sobre las 3 de la tarde. Casi dos horas y media después, aparecía Ángel Cristo Jr. conduciendo su coche y acompañado de su hija, de 7 años. "Estoy muy nervioso y con muchas ganas de ver a Ana", confesaba a los medios.
La boda tuvo en tres escenarios: la ceremonia, en la que han intercambiado sus votos, de una hora. A continuación ha dado comienzo el cóctel y como broche final, la fiesta. Una de las responsables de las flores llevaba en su coche el ramo de la novia, en colores rosas, y confesaba que la decoración floral iba a juego.
Jenny Llada, antigua amiga y vecina de Bárbara Rey, fue una de las invitadas 'estrella', junto a José Manuel Parada, otro 'enemigo' de la vedette. Parada ha aclarado que ha querido aclarar que no estaba en el enlace para molestar a la vedette y que le hubiera gustado que ella hubiera estado.
Dentro de lo anecdótico, Víctor Sandoval, colaborador de Ni que fuéramos, intentó colarse por todos los medios: disfrazándose de Sofía Cristo, subido en una moto de un repartidor y en el coche de Jenny Llada.