La princesa Aiko, única hija de los príncipes herederos del trono japonés, Naruhito y Masako, cumple 14 años este martes, fecha en la que la Agencia de la Casa Imperial ha querido subrayar el interés de la adolescente por sus estudios.
Aiko ha desarrollado especial apego por lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial, de la que este año se conmemoran 70 años del fin del conflicto, según informó la agencia.
La princesa, que estudia segundo curso de secundaria en la prestigiosa escuela Gakushuin de Tokio, ha complementado su estudio escolar sobre la contienda a través de exposiciones, libros y las informaciones recogidas en los medios de comunicación.
Durante sus vacaciones de verano, la princesa Aiko acompañó a sus padres a una muestra sobre la guerra expuesta en Tokio, y participó junto al resto de miembros de su familia en el minuto de silencio celebrado el pasado 15 de agosto para conmemorar el 70 aniversario de la rendición de Japón.
Como parte de sus deberes estivales, la joven escribió acerca de los sentimientos que le produjeron la lectura de los artículos sobre el fin del conflicto mundial y compartió su trabajo con su abuela, la emperatriz Michiko.
La princesa Aiko, quien ha asistido a clase con normalidad tras superar problemas de adaptación en el pasado, muestra interés por las actividades deportivas, explicó la institución.
El pasado mes de abril optó por el softball durante un evento escolar -deporte que su madre también practicó durante la secundaria-, y completó con éxito un circuito a nado de unos 3 kilómetros durante una excursión a la localidad de Numazu (centro de Japón) en verano, según la información.
La joven disfruta, además, jugando al tenis junto a sus progenitores.
La Ley de Sucesión de Japón establece que solo un hombre puede convertirse en emperador.
De los cuatro nietos que tiene Akihito el único varón es el príncipe Hisahito, de 9 años, hijo del príncipe Akishino (segundo vástago del soberano nipón) y su esposa, la princesa Kiko.
El nacimiento de Hisahito en septiembre de 2006 paralizó los planes del Gobierno japonés para reformar la ley sálica, lo que hubiera permitido a la princesa Aiko convertirse en heredera del trono del crisantemo.